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Gara > Idatzia > Iritzia > Kolaborazioak 2006-05-24
Antón Borja, Igor Filibi - Profesores de la UPV
Derecho a decidir: un debate social

Uno de los conceptos más usados en Euskal Herria en los últimos tiempos es el del derecho a decidir. Si preguntásemos a cien personas qué significa, probablemente obtendríamos cien res- puestas distintas. Y sin embargo, casi todos los agentes políticos y sociales consideran que es una de las piezas claves para solucionar el conflicto político vasco. Por ello, parece conveniente aclarar lo más posible el tantas veces citado derecho a decidir.

Con este objetivo nos juntamos hace ya más de año y medio un grupo de intelectuales y profesores universitarios. Fruto de largas reflexiones hemos llegado a algunas conclusiones. Pensamos que el derecho a decidir debe ser entendido como la capacidad decisoria sin límites previos de la sociedad vasca y como el derecho en el futuro a seguir decidiendo sobre la forma de gobernarse.

No se trata sólo de un debate teórico ni técnico. Tampoco es un asunto susceptible de ser resuelto por los partidos a puerta cerrada, por lo que la dimensión social del mismo es algo central. Esto implica varias cosas: por un lado, que debe generarse un debate social acerca de qué es y cómo debería desarrollarse el derecho a decidir de los vascos y vascas. Así, resulta prioritario que la sociedad organizada y los ciudadanos individualmente participen y enriquezcan el debate con sus ideas. Además, el papel de la sociedad no debe limitarse a la simple aportación de artículos de opinión o algún manifiesto aislado, terminando con la ratificación final en referéndum del acuerdo al que las elites puedan llegar. Una verdadera participación de la sociedad implica participar desde el principio en la propia elaboración de la pregunta (recogiendo las diversas posturas de sindicatos, organizaciones sociales, etc...).

Por otro lado, esto no haría más que abrir un largo proceso democrático, que posibilite en el futuro consultas de mayor calado. Y no sólo limitadas a la cuestión nacional o la soberanía, sino a cualquier esfera social. Lo que está en juego es ampliar nuestra idea de democracia.

Creemos que es preciso que se realice una consulta entre los ciudadanos y ciudadanas sobre su posición respecto al ejercicio del derecho a decidir. Partimos de la constatación de que es posible legalmente realizar dicha consulta (a distinguir de un referéndum vinculante, pero a nadie se le escapa el alcance e impacto político en el supuesto de una respuesta afirmativa masiva de la sociedad vasca). Ese voto oficial y masivo que pretendemos obtener forzaría a los partidos a olvidar sus inercias e incorporar dicha exigencia a la agenda política.

Los ciudadanos, una vez arrancado de esta forma el proceso, exigirán a sus representantes que negocien, a la vez que vigilan el proceso para asegurarse que llega a buen puerto. Lo que esto significa es que los ciudadanos no sólo exigirán a sus representantes (todos) que se sienten a una mesa con ánimo constructivo, sino que se les exigirá que alcancen un acuerdo satisfactorio para todas las partes. Se trata de dar un paso en nuestra cultura democrática, tanto de la sociedad como de la clase política.

Por otro lado, para ayudar en esta difícil tarea, podemos aprender algunas lecciones de nuestro pasado reciente. 1) Hay que contar con todos los vascos y vascas, esto es, con todos los sectores ideológicos, nacionales y territoriales; 2) Hay que trascender los puntos de vista propios como única vía para poder acordar un marco común, esto es, como requisito para fundar la comunidad política vasca.

Todas estas son ideas que pueden ayudar a pensar en claves más constructivas y permitir avanzar en un proceso que parece estancado. La tendencia a la reunión a oscuras de nuestro país, esta cultura de la cocina, está agotada. Podemos decir que ya «huele a quemado» y no nos lo podemos permitir. Los ciudadanos queremos luz y taquígrafos, y queremos participar. Es nuestro presente y nuestro futuro. Los partidos tienen un papel central en una democracia representativa, pero ésta no es sustitutiva de los ciudadanos.

Con el objetivo de seguir pensando sobre estos temas se han organizado unas jornadas que tendrán lugar los próximos viernes y sábado. En ellas participarán intelectuales y profesores universitarios que abordarán aspectos jurídicos y políticos del derecho a decidir, así como representantes de diversos sindicatos y agentes sociales que expondrán sus puntos de vista sobre el derecho a decidir. Junto a ellos, Michael Keating, experto internacional en la problemática de las naciones sin Estado, nos ofrecerá algunas claves y una propuesta concreta pensada para el País Vasco. -


 
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