Bollywood se traslada por unos días a Bilbo
La ciudad de Bilbo y, en concreto, el museo Guggenheim y sus exteriores, dan muy bien en el cine. Eso deben pensar los directores y productores que eligen como plató esta ciudad. Si hace unos años el mismísimo James Bond se descolgaba por una fachada de la capital vizcaina, estos días otra estrella, ésta hindú, se echa unos bailecitos a la sombra del titanio. Es «Sivaji», rodada en tamil, una superproducción más de la industria de Bollywood.
El rodaje de “Sivaji: The Boss” está pasando casi desapercibido estos días en Bilbo. Nada que ver con la expectación que levantó James Bond hace unos años cuando rodó en los mismos escenarios cercanos al Guggenheim. Nadie conoce aquí a Rajinikanth y, sin embargo, es una superestrella en la India, donde ha aparecido en más de 150 filmes y cuenta con millones de seguidores. Los pocos curiosos que se detienen a ver el rodaje, le señalan divertidos, porque su atuendo chillón y evidente pelucón parecen de broma. Pero nada más lejos del humor. “Sivaji” cuenta la historia de un joven de origen humilde que, con gran esfuerzo, consigue ir a estudiar a Estados Unidos. A su regreso, ya convertido en un rico arquitecto, se dedica a hacer obras de beneficencia, se casa con una chica Shriya Saran y emprenden su viaje de luna de miel. En este contexto se suceden los números musicales, uno de los cuales, de 7 minutos, corresponde a la escena que ruedan en Bilbo. Las secuencias musicales son los momentos cumbre en las películas indias.
Temor a la competencia
El director de la película, Shakar, siempre elige lugares emblemáticos del mundo para las secuencias musicales y, desde que vio una fotografía del Guggenheim, barajaba rodar en Bilbo. A principios de año, Shankar visitó el museo con algunos miembros del equipo y decidieron que era el escenario ideal. Shankar, que no quiere hablar con la prensa, aparenta ser un cineasta tranquilo que no se inmuta ni siquiera cuando un turista despistado entra en cuadro para sacar una foto al edificio construido por Ghery. No quiere hablar de la película, entre otras cosas porque teme que la competencia, que es feroz, le copie las ideas. Shankar da las órdenes en tamil, y los treinta bailarines venidos de Londres se preparan. Con ellos han desembarcado en Bilbo otras 40 personas del equipo técnico. Mientras suena la música de baile por los altavoces, los bailarines levantan los brazos una y otra sin mucha pasión. Finalmente, la escena se da por válida. La modelo y bailarina Shrya nos cuenta entonces que ha tenido ocasión de pasear por el centro de Bilbo y que lo que más le gusta es notar cómo el titanio va cambiando de color con la luz del día. Aunque sólo lleva cuatro años en el cine y aparenta ser muy joven, dice haber rodado ya 60 películas. Ataviada con una chillona peluca rubia y un indescriptible vestido, Shrya es observada con incredulidad por la gente que camina por el Paseo de Abandoibarra. «Soy la heroína de la película, es un rol muy bonito», contesta cuando le preguntamos por su papel en el film. “Sivaji” no pertenece exactamente al cine de Bollywood. En realidad está dentro de otra industria, la de Kollywood, del sureste de la India. Mientras las películas de Bollywood se ruedan en hindi, las de Kollywood se hacen en tamil. La producción cinematográfica en India es gigante. Unos 14 millones de personas acuden diariamente al cine para ver películas nacionales. La forma de rodar no tiene nada que ver con la europea o americana. Sin plan de rodaje alguno, parece darles igual que haga sol o nubes, y deciden cambiar de escenario sobre la marcha. «Todo va muy bien. La gente de Bilbao coopera mucho con nosotros. Hay mucho feeling. Y tenemos la suerte de que hay luz durante muchas horas», dice el ayudante de dirección. El rodaje continuará hoy en Bilbo y después se trasladará a Donostia, entre otras ciudades. -
BILBO
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