Karlos Mart�nez de Morentin - Miembro de Elkartzen
Pol�tica de vivienda vs. Ley del Suelo
Hemos asistido a un debate de intenciones centrado en la propuesta del PNV sobre la Ley del Suelo por un lado y en la defensa del acuerdo logrado por la Consejer�a de Vivienda con el PSE y Aralar por otro. No voy a entrar a debatir si esta propuesta es mejor o peor que el proyecto en tr�mite de aprobaci�n. Entiendo que si el proyecto de �ley de suelo de izquierdas� no era el instrumento que necesita esta sociedad para solucionar el grave problema de la vivienda, mucho menos lo va a ser una propuesta de un partido conservador como el PNV. La propuesta presentada por el PNV ampliaba el acceso de la subvenci�n por la compra de vivienda a los que m�s renta disponen, recortando la posibilidad de acceso a una vivienda en condiciones de dignidad a los sectores m�s desfavorecidos. Pero no s�lo de los j�venes, como se dice en el discurso �oficial� del Departamento de Vivienda, sino de otros colectivos de los que se olvida y que por diferentes motivos precariedad laboral, recorte del desempleo, de las pensiones, una Renta B�sica y un Salario M�nimo Interprofesional de pobreza... se ven obligados a sobrevivir con rentas inferiores a los 804 euros mensuales, en los que seg�n estimaciones estad�sticas se establecer�a el umbral de pobreza. Una de cada tres personas reciben rentas anuales por debajo de ese umbral, m�s de 600.000 en la CAV, casi 900.000 en Euskal Herria. La gran mayor�a de estas personas, de las que m�s de un 60% no dispone de vivienda propia, quedaban ya excluidas del acceso a una vivienda de las recogidas en el acuerdo de la futura ley de izquierdas. Izquierda Unida ya sab�a con qui�n se la jugaba en este modelo de gobierno, que en lo referente a la pol�tica de vivienda defend�a a capa y espada hace poco tiempo el Sr. viceconsejero de Vivienda. Me refiero a lo que se entend�a por vivienda vac�a junto a su programa Bizigune. Datos de vivienda vac�a que eran interpretados de forma interesada. Justificaba el Sr. Dean en su discurso que hubiera personas con m�s de una vivienda, mientras que por otro lado un porcentaje muy alto de residentes de este pa�s no alcanzan ni a una habitaci�n, a los precios de mercado privado (300 euros). El Sistema Estad�stico Europeo (Eurostat) define como vivienda vac�a la que no constituye residencia habitual, e incluye las segundas viviendas y las terceras y las cuartas. Un modelo de gobierno en el que no s�lo justifican la legitimidad de poseer varias viviendas, sino que han incentivado con ayudas p�blicas la compra privada de vivienda para ponerlas en alquiler a los precios de mercado, con lo que junto al programa Bizigune, su departamento ha echado m�s le�a al ya caliente mercado de la vivienda, propiciando la inversi�n especulativa, que adem�s con su protecci�n consigue rentas mensuales muy superiores al SMI. Un gobierno cuyo tim�n es dirigido por un partido de corte neoliberal y como consecuencia ejecuta una pol�tica social neoliberal, de la que tambi�n IU es responsable en la medida que forma parte de �l. No necesito recordar que el gasto p�blico vasco ha bajado un 5% del PIB desde el a�o 1993, parte de cuya p�rdida se ha dado desde el 2001 al 2006. Un gobierno del que ha emanado un proyecto de ley de suelo, que desde la Consejer�a de Vivienda se define �progresista y de izquierdas�, calificaci�n im- posible de sustentar a poco serios que seamos con la definici�n. Un texto de proyecto en el que gracias al acuerdo logrado con el PSE y Aralar se consolidan dos sistemas privados de ejecuci�n. Al inicial de agente urbanizador se le suma un nuevo sistema, el de concertaci�n, en el cual basta para su elecci�n el acuerdo del 50% de los propietarios de la unidad de ejecuci�n, dulcificando los requisitos exigidos a la propiedad en el actual sistema de Compensaci�n que exige el acuerdo del 60% de los propietarios para la ejecuci�n de la urbanizaci�n. Si no fuera por esa ambici�n desmedida que requiere la cuota de poder municipal, el PNV deber�a estar dando saltos de alegr�a, pues sobre lo que pivota este proyecto en su conjunto es en las nuevas cons- trucciones y en la concesi�n que esto supone al sector inmobiliario, financiero, constructor... que son en definitiva los grandes beneficiados de esta ley. Ya dijimos que este proyecto impulsado por la Consejer�a de Vivienda no hace una apuesta clara por la vivienda de alquiler social; no basta ese 10% que se contempla como �dotaci�n obligatoria de suelo para la construcci�n de apartamentos transitorios y sociales, equiparables a la viviendas sociales�. Si esta apuesta fuera verdadera no ser�a necesaria una hipoteca de por vida o m�s. A este respecto un breve an�lisis puede demostrar que es m�s eficiente para las personas necesitadas de vivienda un alquiler acorde a las rentas salariales y baremado por ley como el SMI, las pensiones y otras rentas que una hipoteca a 50 a�os. Con la ventaja a�adida al primero de que no pagas intereses, no dejas deudas a los descendientes, se aumenta la movilidad laboral, se adecuan mejor los espacios a las necesidades familiares de cada etapa, logr�ndose un nivel de vida m�s digno. En definitiva, un modelo de gobierno neoliberal barnizado de �izquierdas� que practica el sorteo para la soluci�n del grave problema de la vivienda, impulsor de una ley de suelo que consolida la privatizaci�n del suelo y el urbanismo. No servir� para aquellos que se encuentren en dificultades en el acceso a una vivienda digna o simplemente no tengan acceso a ella por su nivel de renta. Un �ltimo apunte. Elkartzen, a pesar de las afirmaciones gratuitas del Sr. Dean, que dice que somos un instrumento de la izquierda abertzale, incluye distintos colectivos que trabajamos contra la exclusi�n social, sin dependencia de ning�n partido pol�tico, aunque las distintas personas que lo componen tengan como ciudadanos sus propias opciones de voto, que son variadas. Nuestra pretensi�n en Elkartzen es que a trav�s de nuestra militancia y de la participaci�n en debates y charlas por los barrios y pueblos la sociedad tenga otra lectura, que no sea el autocomplacencia oficial. Si la pr�ctica pol�tica de una instituci�n no es beneficiosa para un real reparto de la riqueza que se genera en este pa�s lo seguiremos denunciando, con esp�ritu constructivo, porque en este pa�s vemos c�mo se promete para llegar al poder y luego no se cumple, y quien se dice dem�crata descalifica a todo aquel que nos critica. -
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