Raimundo Fitero
Malandrines
En La Sexta suena la versión mundialista de El Koala como si fuera la sintonía de la cadena. Sí, la he visto, peor como siempre en un lugar no habitual. Mi antenista no responde. Me aturullo con el selector. Veré o no veré el mundial en abierto, en cerrado o en mixto. Están montando el follón y nadie quiere mencionar que hace cuatro años fue una privada Antena 3, la que se hizo con los derechos del Mundial, y no pasó nada. Este año, tampoco. Pero andan enredando, porque se trata de enredar.Cuando la derecha no tiene el poder o ve que lo puede perder como sucede en nuestra casa, se despiertan los conceptos viejos para apretar las tuercas de lo más rancio. Inseguridad ciudadana. Está de moda. Lo atracos violentos en chalés, los secuestros exprés, los hurtos y pequeños delitos constantes se convierten en la voz del legionario Acebes en un motivo para la soflama guerrera, para la llamada a las catacumbas. Este personaje, junto a su alter ego de la COPE, son perseguibles por la fiscalía por dañar rei- teradamente la salud mental de la ciudadanía. Y sus declaraciones son bastante más violentas en cada segundo de sus diatribas, en cada una de sus coces verbales, que juntando las del sexteto paritario que nos ofrecieron todas las cadenas solicitando lo obvio: una reunión de partidos, una mesa de partidos. Yo preferiría una mesa de percebes, pero cada uno hace con sus gustos lo que quiere, y comerse algunos partidos puede resultar hasta gozoso siempre que se riegue bien el gaznate. Escucho en una tertulia televisiva cómo uno se sorprende por la juventud de los comparecientes. En la misma sesión Ramón Jáuregui se muestra didáctico, convencido, pactista y favorecedor del proceso. No es mala señal. Ya tenemos imágenes del delito, ese frigorífico repleto de bolsas de sangre con códigos de barras que una vez descifrados nos proporcionarán la lista de los proscritos. Hay filmaciones de deportistas entrando en las clínicas. ¿Qué dirán ahora? ¿Quién va a defender la honestidad de ningún ciclista? ¿Se extenderá a otros deportes el cuidado o escarmentando a los esforzados de la ruta tendrán suficiente? Como decía el clásico: ¡malandrines! Aquí os espero. -
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