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Gara > Idatzia > Kultura 2006-06-23
Jon Garaño estrena el documental «The Dragon House»
·Refleja la tensión entre tradición y modernidad en el remoto reino de Bután

Los cines Renoir Deusto acogen hoy el estreno comercial de «The Dragon House», un documental dirigido por Jon Garaño, que da cuenta de la disyuntiva entre la tradición y la modernidad en que se encuentra Bután. Y lo hace a través de Jigme, el primer pinchadiscos de este reino situado en la cordillera del Himalaya, donde la televisión e internet sólo son legales desde 1999.

BILBO

Bután es un país de 47.000 kilómetros cuadrados encajonado entre la India y China, en el que viven algo más de dos millones de personas. Ha practicado el autoaislamiento durante siglos y, de hecho, la televisión e internet no fueron legalizados hasta 1999. Es el único estado confesional budista del mundo y está gobernado por el rey Jigme Singye Wangchuck, quien considera que «lo importante para la prosperidad de un país no debe ser su producto interior bruto, sino su producto interior de felicidad».

En estas condiciones, «Bután está en la mente de muchos como el último paraíso ­indicó a GARA Jon Garaño­ y a nosotros se nos presentaba como un lugar muy atractivo para rodar un documental».

Así, un pequeño equipo de la productora Moriarti, encabezado por el propio Garaño, viajó a Bután en 2002. «Fuimos prácticamente a prospectar ­afirmó el director­. La idea inicial era hacer un documental sobre la medicina tradicional del país, basada en las plantas, pero tuvimos la suerte de conocer a Jigme, un joven de 24 años que, tras haber estudiado en la India durante cinco años, había regresado a Bután y se había convertido en el primer pinchadiscos de música house y techno del país y en propietario de la única discoteca. Y decidimos cambiar totalmente la orientación de la película. Contraponiendo la figura de Jigme a la del joven monje budista Namgay, hemos pretendido reflejar la tensión entre tradición y modernidad que vive el reino».

En 2003, el equipo de Moriarti volvió a Bután y, prácticamente a lo largo de un mes, rodó el grueso del filme. También rodó tres o cuatro días en París, desde donde el antropólogo Michel Peissel aporta una visión occidental sobre el país.

Rodar en Bután, donde incluso la entrada de turistas está restringida, no es fácil, pero, a pesar de que el filme de Garaño es «algo crítico», su equipo no tuvo ningún problema con las autoridades, gracias a los buenos oficios de una persona ligada a una ONG que durante años ha trabajado en el país. «Los problemas han venido de otra parte ­relató Garaño­. En el primer viaje, por ejemplo, rompimos la cámara y, en el segundo, el director de fotografía, Javi Agirre (“La pelota vasca”, “Aupa Etxebeste!”), no pudo incorporarse al rodaje desde el primer momento porque acababa de ser operado de apendicitis. Pero el problema fundamental fue que en 2003 nos topamos con un Jigme bastante deprimido y dispuesto a regresar a la India».

En Suecia y Japón

La traducción del nombre de Bután en el idioma oficial del reino, el dzong-ka (dialecto del tibetano), es «el país del dragón». Eso, unido a que la discoteca de Jigme se llamase “The Dragon Club” y que la música preferida del pinchadiscos fuera el house, está en el origen del juego de palabras que da título a la película, “The Dragon House”, que en los cines se proyectará en versión original, en inglés, con subtítulos en castellano y catalán.

“The Dragon House” ha sido coproducida por Irusoin y Moriarti, por parte vasca, y Benecé, por parte catalana, con la colaboración de TV3 y ETB.

Distribuida por Barton, hoy se estrena en Bilbo, pero también en diversos cines de Catalunya y en Madrid. «Es difícil que un documental se cuele en las salas de cine ­reconocía Garaño­. Por eso el estreno se ha ido retrasando, pero ha merecido la pena, porque poder presentar tu trabajo en pantalla grande es un lujo. Además, tiene otra repercusión».

Después vendrá el circuito de las televisiones. De hecho ya se ha emitido en Suecia y Japón. «En los países nórdicos apoyan mucho los documentales, por eso no nos sorprendió tanto, pero lo de Japón sí que nos resultó llamativo ­afirmó Jon Garaño­. Habíamos oído que la NCK era una cadena de mucha calidad, y que se interesase por un producto como el nuestro nos llenó de alegría». Ya han mostrado su interés por el filme televisiones de otros países, como Finlandia, y se emitirá también, lógicamente, en TV3 y ETB.


 
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