BELGRADO
El ministro de Exteriores serbio, Vuk Draskovic, y su homólogo montenegrino, Miodrag Vlahovic, firmaron ayer en Belgrado el protocolo por el que establecen relaciones diplomáticas como dos estados independientes y soberanos.
Tras la firma del protocolo, Draskovic brindó con champán y abrazó a su homólogo montenegrino, gesto aún más simbólico si tenemos en cuenta su oposición, como líder de un movimiento tradicionalista serbio, a la independencia de la vecina república balcánica.
«Todo es efímero, menos las relaciones entre Serbia y Montenegro», aseguró, para instar a que «nadie se atreva a poner una sombra en sus relaciones bilaterales».
Vlahovic señaló, con igual solemnidad, que «Serbia y Montenegro están otra vez uno al lado del otro, pero cada uno con la misma capacidad de ser que el otro», en referencia al sometimiento de la pequeña república a la vecina Serbia.
Los dos ministros se comprometieron a abrir cuanto antes sus respectivas embajadas.
Paralelamente, la república independiente de Montenegro se convirtió ayer en Viena en el Estado miembro número 56 de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). Con la aprobación de los restantes 55 miembros, el representante montenegrino Vesko Garcevic asumió su escaño en el Consejo Permanente de la organización.
Delante de la sede central de la OSCE, en el antiguo Palacio Real de Viena, se reemplazó la bandera de la unión estatal de Serbia-Montenegro por la de Montenegro y la de Serbia.
En Podgorica, el nuevo Estado anunció el martes la creación del Ministerio de Defensa, que encabezará el primer ministro, Milo Djukanovic, hasta las elecciones generales, previstas a finales de año.