Es sabido que cada cual ve las cosas de acuerdo al color de sus gafas de sol. Y, además, tiene perfecto derecho a hacerlo. Pero resulta curioso ver cómo, de un mismo texto, pueden extraerse conclusiones tan diversas y gratifica también observar qué destaca cada cual de un mismo hecho. En este caso de un mismo texto.Me refiero, claro, al último comunicado de ETA, dirigido en esta ocasión a la opinión pública española.
‘‘El País’’ vocero oficioso del Gobierno español al que se dirigían las críticas de ETA, titulaba en portada:«ETA emplaza al Gobierno a que ‘pase de las palabras a los hechos’» y en su editorial descalificaba el contenido del comunicado y pedía al conjunto de las fuerzas políticas a que «contribuyan a deslegitimar sin matizaciones las pretensiones impositivas de los terroristas».
En ‘‘El Mundo’’ el asunto se despachaba con un titular y un editorial. Abrían edición:«ETA emplaza al Gobierno a ‘cumplir sus compromisos de alto el fuego’» y en el editorial sentenciaban que «la única manera de cerrar la brecha de desconfianza que empieza a extenderse entre los ciudadanos es suspender provisionalmente el proceso». Les pueden las ganas...
En ‘‘ABC’’ también dirigían su mirada al mismo ángulo:«ETA emplaza al gobierno a ‘adoptar y cumplir sus compromisos de alto el fuego’». Ofrecía, cómo no, un editorial en el que emplazaban con dureza al Gobierno de ZP:«Ayer los terroristas dieron un ultimátum y el Gobierno debe asumir la responsabilidad que exige la situación, rechazando las condiciones de los etarras, sean cuales sean las consecuencias». El editorialista de ‘‘ABC’’ debería decir también a sus lectores cuales son esas posibles consecuencias y que sea la opinión pública la que decida si también las desea...
El titular de ‘‘El Diario Vasco’’ incluía otro
emplazamiento:«ETA emplaza al Gobierno a que ‘pase de las palabras a los
hechos’» y en su editorial aseveraba que «su exigencia de que el Estado de
Derecho entre también en tregua tiene una clara intención:conseguir equiparar a
la organización terrorista con el Estado de Derecho, estableciendo un perverso
paralelismo tan esteril como inaceptable». Y servidora piensa que la distensión
por todas las partes implicadas es condición sine qua non para afrontar una
etapa de diálogo y negociación entre diferentes. Aquí y en cualquier lugar del
mundo. - msoroa@gara.net