El programa de los inventos de Antena 3 con Carlos Sobera haciendo de Carlos Sobera, que es el único papel que sabe hacer, es un mal invento. Estos programas solamente sirven si tienen unas audiencias considerables, y el personal no se traga todos estos simulacros de récords, inventos y asuntos que tienen que ver con un espectáculo algo complicado. Yo vi un trozo el otro domingo, y apareció una señora que presentaba una especie de cubierta total del inodoro. Parecía muy práctico. O parecía una chorrada. Dependía del lado en el que me tumbaba en el sofá. Después aparecieron dos con problemas de aires, que no acaba de hinchar un globo con helio. Y ahí se vivieron momentos curiosos. Porque existe un jurado que se pone a veces serio. Es un decir, todo es mentira, pero se parece a algo con ínfulas científicas. Entonces se pusieron a criticar a los del globo y uno de ellos dijo: “¿Por qué me obliga a venir Antena 3 si después me critican de esta manera?” ¿Obligar? Mal invento.

¿Por qué se excusa Jesús Quintero por entrevistar a Terelu? Cada uno debe ser dueño de sus actos y es bien cierto que Terelu tiene opinión, se expresa maravillosamente, que tiene resquemores porque ha sido maltratada por algunos de sus compañeros de profesión e incluso amigos. Cierto. Si la saca, y le da dos noches, y la trata con tanto interés, deberá entender el Loco que justo al lado aparece el anterior compañero sentimental de la susodicha, haciendo caja con una almorrana, lo que se contradice con la imagen que intenta ofrecer en la Colina.

Ha sido pasto de los programas del corazón a su pesar, seguro, pero dando demasiadas oportunidades a los cuervos del salchichón. Toda hija debe defender a su madre. Toda madre a su hija. Pero hablar de linchamiento de María Teresa Campos y aseveraciones de este calibre es una exageración, porque lo que ha resultado finalmente es que se ha agotado una manera de hacer televisión, se ha acabado, momentáneamente, el tiempo de una comunicadora que tuvo mucho poder, mandó mucho, y ahora, es lógico, deba pagar algunas de sus propias acciones no totalmente ajustadas al equilibrio. Y nada más. El resto son inventos. -