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Gara > Idatzia > Euskal Herria 2006-06-23
REACCIONES AL COMUNICADO DE ETA
Imaz:«Seremos los partidos vascos los que digamos si hace falta un Downing Street»
El comunicado dIrigido por ETA a la opinión pública española abrió ayer un debate sobre la necesidad o no de que el Gobierno español haga una declaración de respeto a la capacidad de decisión de los vascos. Para el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, esto no parece estar claro. «Seremos los partidos quienes digamos si hace falta un Downing Street», indicó antes de insinuar que ETA quiere decidir el futuro de los vascos. EA, por contra, coincidió en que la clave de la solución es el reconocimiento de Euskal Herria y de su capacidad de decisión. Y Batasuna pidió también «ir a las raíces».

IRUÑEA

Los partidos vascos reaccionaron ayer en tono y contenido diferente ante el comunicado de ETA a la opinión pública española, en el que se insta al Gobierno español a «cumplir sus compromisos de ‘alto el fuego’» y se le emplaza a «expresar su compromiso de respetar lo que el pueblo vasco acuerde y decida sobre su futuro». Esta última apelación fue especialmente criticada por el presidente del PNV.

En Herri Irratia, Josu Jon Imaz aseguró que «es absolutamente inaceptable que ETA entre en valoraciones y exigencias políticas, porque no repre- senta a nadie y no es quién para hablar del futuro político de este país». En esta línea, censuró que emplace al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y afirmó que «seremos los partidos vascos los que digamos si hace falta un Downing Street».

Dicho esto, Imaz incidió en reiterar que hay que separar el proceso de pacificación del de normalización, pese a que incluso Rodríguez Zapatero ha mostrado ya su conformidad con que el diálogo político en Euskal Herria se inicie mientras en otra eventual mesa hablan los representantes del Estado español y ETA. Imaz argumenta que eso «supondría defender la bondad de la violencia para conseguir objetivos políticos».

En su crítica al comunicado, el líder jeltzale llegó a asegurar que refleja una posición «pre-Anoeta» en el sentido de que «allí quedó claramente definida una línea, que yo creo que la sociedad vasca en su conjunto ha asumido en los dos últimos años: a ETA no le toca hablar de política, sólo debe negociar su propia situación, el fin de la violencia».

Para Imaz, la organización armada entra en política en su comunicado, pese a que en él únicamente se emplaza al Gobierno español a «dar los pasos necesarios para garantizar que ninguna legislación, ordenamiento jurídico ni Constitución sea obstáculo o límite en el desarrollo de la decisión que mayoritariamente adopte el pueblo vasco».

El mandatario del PNV, sin embargo,entiende que ETA debe abstraerse de cualquier afirmación en este sentido: «Los temas políticos que afecten al futuro de este país sólo tienen que llevarlos a cabo los partidos políticos vascos y los que representamos a la ciudadanía vasca», indicó.

Imaz únicamente cambió el tono de su valoración para indicar que «importa más lo que ETA hace que lo que dice». Yaseguró que «por encima de sus filípicas y retóricas, la violencia ha desaparecido de nuestras calles en las últimas semanas y por tanto lo que corres- ponde en este momento es el inicio del diálogo en el marco del Congreso de los Diputados».

PSE: «No darle protagonismo»

Por parte del PSE, la posición predominante fue la de tratar de quitar importancia al posicionamiento de ETA. Su secretario general, Patxi López, valoró en TVE que «busca tener un protagonismo en la vida pública de este país que no estoy dispuesto a concederle».

Por ello, reclamó a los partidos abertzales que respondieran con la misma indiferencia. «La paz no sólo no tiene precio político, sino que no se puede mezclar con objetivos políticos, y en eso me gustaría, y así lo están haciendo a lo largo de esta mañana, que los partidos nacionalistas, con los que coinciden en algunos de sus objeti- vos, deslegitimaran a ETA como interlocutor válido y con el que conseguir objetivos políticos. Creo que lo hacen, que lo están haciendo», concluyó en tono de satisfacción.

López se escudó en este argumento y eludió así responder al emplazamiento dirigido por la organización armada al Gobierno español. «ETA no es agente ni interlocutor político. Por lo tanto, ni puede ni va a marcar la agenda ni el diálogo ni el escenario político necesario en este país. Puede sacar todos los comunicados que quiera, pero el diálogo político les corresponde a las formaciones políticas de Euskadi, y no a ETA».

José Antonio Pastor, portavoz del PSE en el Parlamento de Gasteiz, se atuvo a este mismo guión. Tras pedir a ETA «una declaración expresa de abandono de la violencia», dejó sentado que «todo lo demás que pueda decir ETA no tiene ningún interés para nosotros y no va a hacer que modifiquemos nuestro criterio de actuación ni va a marcar la agenda política».

EA y EB

Eusko Alkartasuna y Ezker Batua también cuestionaron la legitimidad de ETA para efectuar valoraciones como las incluidas en su comunicado a la opinión pública española, aunque utilizando otros argumentos diferentes de los del PNV.

Así, el parlamentario de EB en Gasteiz Oskar Matute argumentó que «lo mejor que puede hacer ETA es permanecer al margen de un proceso que no le necesita». Matute aseguró que la sociedad vasca debe validar en las urnas los acuerdos alcanzados por las formaciones políticas y, pese a que este mismo concepto es la base del comunicado de la organización armada, presentó su opinión como «posibilidad que escapa a los límites democráticos y dificulta el propio proceso de paz».

«Lo mejor que puede hacer ETA para contribuir a que el proceso se desarrolle con normalidad y no se creen nuevos obstáculos es no hacerse presente ­resumió el parlamentario de EB­. ETA tiene que estar callada y permitir que sean los partidos políticos, incluida la izquierda abertzale y el conjunto de la sociedad vasca, quienes decidan los tiempos y marcos de encuentro posibles dentro de este proceso de paz».

Indicó además a la organización armada vasca que sus reivindicaciones «pueden y deben ser delegadas en otras formaciones políticas, en este caso en la izquierda abertzale».

«Cuanto antes asuma ETA esa realidad, antes se iniciará el proceso de diálogo entre ETA y el Estado, se constituirá la mesa de partidos y será posible que tengamos la consulta popular como escenario», defendió Oskar Matute.

Desde EA, la posición de ETA fue analizada por su secretario general. Unai Ziarreta aseguró que «no vamos a admitir ningún tipo de tutelas o tutelajes por parte de ETA», pero resaltó positivamente que el texto «deja vislumbrar un cierto compromiso, una cierta voluntad por parte de ETA de continuar con el proceso».

En cuanto al llamamiento dirigido al Gobierno español, el dirigente de EA coincidió en que «la solución al conflicto político tendrá que venir a través de un acuerdo político, que habrá que englobar el reconocimiento de Euskal Herria y el respeto a la decisión que los vascos podamos tomar al respecto». Y en este contexto resaltó la necesidad de «dar pasos firmes y serios hacia la conformación de una mesa de partidos políticos».

Permach: «Inequívoco»

En una comparecencia en Donostia, el mahaikide Joseba Permach también se refirió al comunicado difundido a última hora de la tarde del miércoles. Lo hizo para subrayar que se desprende del mismo «una voluntad inequívoca» de llevar adelante «un proceso de soluciones y un proceso de paz con contenidos».

«ETA ha subrayado que existe una posibilidad histórica de buscar la resolución democrática del conflicto, que no se puede desaprovechar», afirmó Permach, que pidió por tanto que «seamos capaces de ir a las raíces del conflicto».

Destacó además que la organización vasca «hace un llamiento para desterrar las estrategias del pasado, las estrate- gias de la represión».



Zapatero propone «acoger los pronunciamientos con sosiego»

MADRID

El líder del PP, Mariano Rajoy, exigió a José Luis Rodríguez Zapatero que aclare de forma pública «que no ha contraído compromiso alguno con ETA», al hilo de una de las afirmaciones del comunicado. Es el párrafo que indica que «para poder desarrollar un proceso de negociación, las autoridades españolas de- ben adoptar y cumplir sus compromisos de ‘alto el fuego’, garantizando el cese total de la represión, los ataques contra el Colectivo de Presos Vascos a través de la aplicación de leyes de excepción y la presión, chantaje y extorsión contra las actividades políticas».

En un acto en Pontevedra, Rajoy afirmó que «sería bueno que alguien del Gobierno salga y diga que no tienen ningún compromiso con la organización terrorista», ya que «eso sería de enorme gravedad».

El presidente español respondió con calma durante una comparecencia celebrada por la noche en La Moncloa junto a su homólogo argentino, Néstor Kirchner. Preguntado por las opiniones del presidente del PP, dijo que «esto va a ser largo, y el Gobierno sabe muy bien que tiene ese horizonte temporal por delante; en consecuencia, se necesita sosiego y trabajar cada día para el objetivo que tenemos, el fin de la violencia y el terror».

En esta línea, Zapatero propuso que «pongamos perspectiva a lo que tenemos por delante». Dijo que «ésta es una tarea de país, más que de gobierno», y aseguró que «la pueden compartir todos los españoles de buena fe, que son la inmensa mayoría». Reiteró además que acudirá al Congreso antes de que concluya junio, en un día que sigue sin precisar.



Del suelo, no de las mesas
Iñaki IRIONDO

El conocimiento de la mera existencia de un nuevo comunicado de ETA generó nerviosismo y preocupación en altas instancias españolas (no debían tener muy tranquila la conciencia) y cuando supieron de su contenido echaron mano del librillo de tópicos, algunos tan en desuso ya como el recuperado por el portavoz del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido, de que el único comunicado que espera es el de la disolución. Lo cierto es que, si bien el texto de ETA no ofrecía novedades sobre lo que ha venido diciendo desde el 22 de marzo, también las reacciones a sus palabras son predecibles. Por ejemplo, el PNV suele intentar negar a ETA la posibilidad de hablar de política y la acusa de situarse en una fase «pre-Anoeta» si lo hace. En Anoeta se delimitaron dos espacios de acuerdo; uno entre los agentes de Euskal Herria sobre la fórmula de tránsito hacia un nuevo escenario político, y otro entre ETA y los estados sobre «desmilitarización del conflicto, presos, deportados y refugiados y víctimas». Y en el comunicado no hay nada que contradiga eso. Cuando pide al Gobierno su compromiso de respeto a lo que decidan los vascos no está fijando de qué hablar en cada mesa, sino en qué suelo han de apoyarse. Se podrá estar o no de acuerdo, pero no habla de «política» sino de bases democráticas. -


 
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