PORTUGAL 1
HOLANDA 0
IRUÑEA
Portugal se movió mejor en el zafarrancho que le enfrentó a Holanda y no dejó margen para la venganza de los tulipanes, eliminados por los ibéricos cuando éstos fueron anfitriones de la última Eurocopa celebrada hace dos años.El encuentro se confirmó como el más igualado de los octavos de final disputados hasta ahora fue una lucha titánica entre ambas escuadras, en la que no faltaron la emoción, claras ocasiones por ambos bandos, lesiones y una enconada disputa, que en algunos momentos superó las reglas futbolísticas y dio con los huesos de más de uno en vestuarios.
Los de Scolari llevaron el envite a su terreno y, conforme fueron avanzando los minutos, el buen fútbol fue dejando paso a episodios de marrullería y juego duro. Unas circunstancias en las que Portugal supo sacar mucho más partido que los dirigidos por Van Basten y que, en todo momento, contó con la ventaja de ir por delante en el marcador.
Maniche fue muy hábil en las inmediaciones del área cuando apenas se habían superado los veinte minutos de partido para superar con sendos amagos a los centrales holandeses y batir con un tiro colocado a Van der Saar, que ayer superaba el récord ostentado por Frank de Boer en cuanto a participaciones con la elástica naranja.
Como viene sucediendo en lo que se lleva de Mundial, los ibéricos ya habían ganado mucho terreno para poder clasificarse adelántandose en el electrónico. A los holandeses les costó reaccionar, hasta ese momento habían sido muy verticales gracias a las internadas por banda de Van Persie y Robben, pero volvieron a pecar de falta de pegada, un defecto que no pudo ocultar en la fase previa.
Ni siquiera la lesión de Cristiano Ronaldo ni la expulsión de Costinha al filo del descanso fueron una ventaja añadida para los holandeses. La eterna promesa del fútbol europeo sólo tuvo continuidad en el primer cuarto de hora de la reanudación un balón al travesaño y un tiro de Van Bommel que despejó con apuros Ricardo, hasta que Figo le ayudó a autoexpulsarse a Boulahrouz.
Continuas interrupciones
A partir de ese momento, los lusos no permitieron que se jugara más de tres minutos seguidos. Las continuas interrup- ciones, careos entre jugadores y feas entradas fueron el pan nuestro de un choque que se iba enconando cada vez más y en el que el ruso Ivanov no tuvo mano más que para echársela continuamente al bolsillo y sacar una tarjeta tras otra.
Las tanganas se fueron sucediendo de manera continuada el colegiado añadió seis minutos de prolongación con cada falta provocada por dos tensionadas escuadras y eso benefició claramente a Portugal, que veía cómo se iba consumiendo el tiempo y Holanda no encontraba la vía para conseguir la igualada.Una infantil acción de Deco volvió a dejar en inferioridad a los lusos, pero éstos apenas lo notaron supieron nadar y guardar la ropa aun con un hombre menos y Van Basten no acertó a sacar provecho de esa eventualidad. Los tulipanes no supieron leer estos octavos de final y por eso ya están en casa.
