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Gara > Idatzia > Iritzia > Ezbaika 2006-07-22
Daniel Nina - Abogado y escritor de Puerto Rico
Decisiones

Decisiones (Ave María), cada día (Si señor)/ Alguien pierde, alguien gana ¡Ave María!/ Decisiones, todo cues- ta/ Salgan y hagan sus apuestas,/ ¡Ciudadanía! (Rubén Blades. 1984, “Decisiones”)

El proceso al cual se enfrenta la ciudadanía en el País Vasco no puede ser otro que uno de oportunidades en el marco de transición política y social. No es posible pensar que nada habrá de cambiar. Por el contrario, lo importante es reconocer que la iniciativa que hoy promueve el gobierno del PSOE, como mínimo, creará las bases para la eventual transformación del conflicto. Ahora bien, las preguntas que uno se hace son ¿hacia dónde va el conflicto en su transformación? Y más aún, ¿estará preparado el Pueblo Vasco para asumir las decisiones necesarias a las cuales se enfrente?

Viniendo desde Puerto Rico, en el pasado colonia de España y en la actualidad un territorio colonial de los EEUU, creo que es importante pensar una serie de consideraciones en torno al diálogo y al quehacer del momento actual y reflexionar sobre las posibles consecuencias para la ciudadanía. Como cantó el artista panameño Rubén Blades, es momento de apostar a que dentro de los procesos que hoy se inician, nuevas posibilidades habrán de pasar.

I.- El conflicto del País Vasco puede ser examinado por varias vertientes: como un territorio colonial interno de España; como una nación limitada por el franquismo; como un país con una guerra (in)civil que dejó muchos muertos; pero más que nada a un territorio donde la definición de su relación con la capital metropolitana (Madrid) aún es insatisfactoria para todas las partes.

Del país que vengo, Puerto Rico, la relación con la capital metropolitana (Washington), ha dejado a muchos y muchas insatisfechos por más de 108 años. El arreglo constitucional de 1952, el llamado Estado Libre Asociado, fue incompatible desde el inicio con los discursos de autodeterminación e independencia. Sólo aquellos en el poder, en alianza con la capital metropolitana, entendieron que superaría cualquier forma colonial existente. No obstante, luego de medio siglo y ante las recurrentes protestas internacionales y nacionales, hemos concluido todos de forma conjunta que el arreglo de 1952 fue realmente un fraude y que no superó la cuestión colonial. Para el País Vasco, la apertura que comienza en este momento con los diálogos de transición y transformación de la cuestión política, este elemento debe ser de vital importancia. Por lo pronto hay que intentar superar la crisis actual evitando profundizar en ella. Es decir, se debe tomar el tiempo necesario para buscar, bajo consensos, una fórmula que sea satisfactoria para esta y la próxima generación.

Decisiones impuestas, o suprimiendo la participación real y efectiva de todos los sectores sociales que conforman el debate vasco, no servirá para mucho. Tal vez, como se dice en el Caribe, esto es «hablarle a las gradas», mientras los jugadores están en el terreno de juego.

II.- La segunda consideración que creo que es importante compartir tiene que ver con el movimiento armado ETA, y el proceso de diálogo en transición con el estado. Como Caribeño que participó en la transición política de Africa del Sur (1991-1994), creo que es muy importante poner en marcha un proceso que sirva para integrar e incorporar a las fuerzas beligerantes en el conflicto.

La experiencia del país africano es importante para éste y otros países en transición, toda vez que luego de más de 12 años de cambio democrático, el mismo ha probado ser sustentable y estable. La experiencia de Africa del Sur demostró que antes de comenzar las negociaciones multipartidistas en 1991, fue importante que el Estado negociara en 1990 un acuerdo de paz y transición con el entonces ilegal Congreso Nacional Africano, el cual presidía desde el exilio el fenecido Oliver Tambo.

El acuerdo de transición entre el movimiento de liberación nacional y el Estado dio paso a un proceso de indultos temporeros, a la legalización de todas las organizaciones políticas y sociales proscritas y sobre todo al retorno de los exiliados a dicho país. En esta medida, este proceso transitorio permitió que el proceso de negociaciones que comenzara en 1991 y culminara no sin tropiezos a fines de 1993, diera paso a las primeras elecciones democráticas y de sufragio universal en 1994.

Lo político se separó de los procesos de la verdad y reconciliación nacional a los cuales se expuso Africa del Sur entre 1996 y 1998, a través de la Comisión de la Verdad y Reconciliación Nacional, presidida por el arzobispo Desmond Tutu (Premio Nobel de la Paz en 1984). La transformación del conflicto político, distinto a la transformación de las instituciones y orden constitucional, se separó por vía de esta comisión nacional. La fórmula aplicada en dicho país africano ha representado uno de los grandes aciertos de la transición: separar lo político de lo social.

Para el proceso que se avecina en el País Vasco, poder separar los procesos del conflicto del pasado de la transición política puede ser algo muy acertado. En particular, porque en muchos conflictos internacionales, más allá de la experiencia en Africa del Sur, separar lo político de lo social fue lo que permitió que el proceso de transición marchara de forma exitosa. Los «vientos» que soplan en Euskadi, no obstante, me indican que confundir ambos procesos puede ser muy complicado y sobre todo puede promover divisiones innecesarias.

III.- Hay toda una discusión pública a la que hay que prestar atención y cuidado: se trata del diálogo entre víctimas del conflicto del pasado y los presos políticos. En mi caso, entre 1995 y 1999 participé en la antesala de la transición política en Irlanda del Norte (anterior al acuerdo de Viernes Santo en 1998), a través de un proceso de intercambio y re-socialización con los presos políticos y ex combatientes de todas las facciones militares de dicho conflicto. El proyecto permitía que irlandeses, protestantes y católicos, que participaron de una forma u otra en el conflicto militar vinieran a Africa del Sur a aprender del proceso de transición de dicho país. Lo importante del proceso, que culminó con la excarcelación de todos y todas los presos políticos en dicho país, sin excepciones y excusas, es que partía de la premisa que aquellos que participaron en los conflictos del pasado, asesinando a opositores, plantando bombas, o realizando actos de sabotaje o de delincuencia con motivaciones políticas, lo hicieron debido a su participación en el conflicto. En Irlanda del Norte no se redujo a nadie a las categorías de buenos o malos. Se percibió el conflicto como uno que tuvo un alto costo humano en víctimas y en vidas tronchadas, y para poder continuar a partir de un nuevo entendido era necesario liberar a los presos políticos y conferir una amnistía general a todos/as.

Distinto a Africa del Sur donde se promovió un proceso de reconciliación y verdad para víctimas y ofensores, en el caso de Irlanda del Norte sólo se limitó a excarcelación y amnistía además de un reconocimiento al universo total (según identificado) de víctimas del conflicto. No obstante, en la formula en dicho país celta ha probado ser hasta hoy, no sin contradicciones, exitosa.

El caso del País Vasco está aún por comenzar y esta discusión todavía no se ha tenido. Aunque, sería importante explorar que pasó de forma exitosa en Africa del Sur e Irlanda del Norte; y por el contrario ver que no ha pasado de forma exitosa en casos como los de Argentina y Chile, donde ante un mal manejo de la transición en temas de impunidad aún el conflicto sigue muy presente.

IV.- En fin, que en el País Vasco se tendrán que tomar «decisiones» en los próximos meses y tal vez años. Aunque existe todo un bagaje de experiencias internacionales que podrá permitir dirigir este proceso en la mejor dirección posible. Pero ojo con el asunto, las decisiones que se tomen, como dice la canción, no son más que apuestas hacia la paz y la transformación del conflicto. Si son acertadas, las habremos de celebrar. Si no son acertadas, no nos queda mas remedio que seguir buscando una solución adecuada y encaminar al país en el horizonte de la reconciliación. -

(*) Daniel Nina es colaborador de Gernika Gogoratuz


 
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