El pasado 11 de julio se cumplieron treinta años del accidente de Seveso, en una fábrica de productos químicos de la multinacional Roche cerca de esa ciudad italiana. En sus instalaciones se producía triclorofenol para fabricar hexaclorofeno, una sustancia desinfectante usado en jabones y cosmética. Un reactor de la fábrica provocó una nube tóxica con una alta proporción de dioxinas, que afectó a más de 200.000 personas y causó bastantes muertes.

El Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud, Istas, que pertenece a CCOO, ha realizado un estudio para conocer si se aplica la normativa en todos sus extremos en cuanto a preservar no sólo el medio ambiente de estas alteraciones, sino la salud y la seguridad de las personas y, en concreto, de los trabajadores. Según reconoce la Comisión Europea, existen 32 millones de trabajadores expuestos a productos cancerígenos y siete millones de ellos sufren enfermedades profesiona- les vinculadas a sustancias peligrosas.

Seveso, como recuerda el informe, no es un caso único, otros casos ocurrieron en Flixbourgh, Gran Bretaña; en el Estado español y en el Estado francés, entre otros lugares, entre 1998 y 2001. La normativa de seguridad se hizo más estricta en cuanto a las medidas a adoptar en relación a los trabajadores. El Parlamento europeo y la Comisión Europea tienen aún que aprobar la normativa sobre los productos químicos REACH, que establecerá los criterios para el registro y control de las sustancias químicas. La presión que están ejerciendo las multinacionales químicas es tan importante que algunos miembros de la Comisión Europea están ya tratando de suavizar las exigencias de control de las sustancias químicas que circulen por la UE.

La normativa de control REACHno entrará en funcionamiento hasta la próxima década, por lo que se recomienda a los trabajadores que extremen las medidas de protección ante los productos químicos con los que trabajan, sobre todo deberán llevar la protección adecuada y conocer la composición de los productos que manipulen. La ventilación de la zona donde se manipulan los productos químicos tiene que ser adecuada y, ante todo, el empresario deberá preservar la salud del trabajador en la actividad diaria.

Alto crecimiento

El informe sobre la incidencia y aplicación de la Normativa Seveso, de Istas, destaca que en Hego EuskalHerria afecta, en 2006, a 58 establecimientos industriales, lo que supone casi el 10% del total del Estado español.

Treinta de esas empresas tienen que mantener controles exhaustivos, porque el peligro es mayor. Entre las actividades afectadas se encuentran el almacenamiento, distribución de gases, hidrocarburos y derivados; la producción, manipulación y almacenamiento de químicos; la fabricación de abonos, fitosanitarios y similares; la fabricación de plásticos y resinas; la producción de metales y aleaciones; el refino y petroquímica;el tratamiento y depuración de aguas,; la fabricación de papel; la fabricación de vidrio y cerámica y, entre otros, los explosivos.

Destaca que entre 2001 y 2006 han aumentado un 70,5% las empresas que deben regirse por el control de Seveso. El informe determina, «pese a las dificultades para conocer al detalle los datos», que «la respuesta sobre la aplicación de la normativa es insatisfactoria»; se incumple la normativa de proporcionar información a la población e, incluso, a los trabajadores; y no se realizan las inspecciones necesarias; a la vez que el porcentaje de planes de emergencia homologados son bajos.

Esta situación, por otro lado, pone de relieve la necesidad de mantener exigencias elevadas en cuanto a la seguridad y la salud de los trabajadores en las compañías industriales que tienen relación con el sector químico. Porque, por un lado, se comprueba que no respetan el conjunto de medidas de seguridad previstas.

BILBO