Meettok edita la poesía del héroe nacional de Eslovenia
Eslovenia es la más occidental de las repúblicas balcánicas y está situada cerca de Venecia. Se independizó de Yogoslavia en 1991 y tiene como himno nacional un poema de France Preseren, titulado «Brindis por la patria», que durante años había sido la canción predilecta de los borrachos locales. No en vano, Preseren fue un bebedor empedernido y un enamorado contumaz. Meettok de Donostia acaba de editar sus poemas.
DONOSTIA
En la vieja plaza de Liubliana, donde una vez hubo un tilo que cantara el poeta, hay ahora una estatua de France Preseren que contempla la ventana a la que solía asomar su amada Julia Primic y que durante años fue el burdel más elegante de la ciudad. En la ventana han colocado una fotografía de Julia. Uno de sus poemas más conocidos, “Brindis”, que es un canto de amor a la alegría y a la patria, además de un verdadero grito de rebeldía en su tiempo, se ha convertido en himno nacional, pero durante años había sido la canción preferida de los borrachos.
Ramón Etxebeste, responsable de Meettok, la nueva editorial donostiarra, quedó prendado del personaje en un viaje reciente a Eslovenia. «Preseren es un poeta romántico que ha marcado la historia de Eslovenia y al que se considera como el fundador de la literatura eslovena. Es un héroe nacional que, sin embargo, murió de ciarrosis, como morían los románticos de verdad. Sus estatuas pueblan las plazas de ese pequeño país. Leí algunas cosas sobre él, me puse en contacto con la asociación de escritores para ver la posibilidad de una edición de su obra y me dijeron que Juan Octavio Prenz, un argentino, que en la actualidad vive en Trieste, había traducido al español sus poemas. Así ha salido el libro», dijo Etxebeste.
Juan Octavio había realizado la traducción con motivo del centenario por encargo del Ayuntamiento donde nació el poeta. Felipe Juaristi ha escrito el prólogo al libro y el traductor el epílogo. Juaristi dice de Preseren que «que supo aglutinar en su obra los sentimientos particulares de su tierra con los de la cultura occidental. Preseren se ha convertido en el poeta esloveno por excelencia, en la representación del ser esloveno, sensible y alegre, vital y juguetón, más cómico que dramático, transgresor pero sin exageraciones» y añade que en las naciones sin estado, como era el caso de Eslovenia en la época, el romanticismo se convirtió en una reivindicación de lo propio frente a lo ajeno e impulsó el sentimiento de pertenencia.
El traductor, Juan Octavio Prenz, recuerda, por su parte, que resulta al menos excepcional que un héroe nacional de un país sea un poeta que no empuñó otras armas que las del pensamiento y las de la poesía.
|