Igor URRUTIKOETXEA *
Siria, ¿el siguiente de la lista?
Los últimos acontecimientos nos han sorprendido cuando estábamos realizando un viaje que tenía por objetivo conocer de primera mano la realidad de Siria y Líbano. Cuando llevábamos más de diez días en Siria e íbamos a dirigirnos a Líbano, comenzaron los bombardeos israelíes contra la población civil de Líbano, lo cual supuso el cierre inmediato de todas las fronteras y la imposibilidad de acceder a ese país. Paralelamentese ha dado un éxodo masivo de civiles libaneses hacia Siria.
Siria es un país poco conocido en Europa. Y en Euskal Herria. Hace unos años fue definido como uno de los miembros del Eje del Mal por el demente inquilino de la Casa Blanca. Lo primero que aprecia uno al llegar a esta tierra es la hospitalidad de sus gentes, que en todo momento preguntan al extranjero por su nacionalidad y por su opinión sobre Siria: «¿Te parece que somos terroristas?», es la pregunta que todos te formulan una y otra vez, mientras te invitan a un delicioso té.En Siria casi 18 millones de habitantes y una tasa de alfabetización del 90% es omnipresente la imagen del presidente Bashar Al Assad, así como de quien fuera su padre, el finado presidente Hafez Al Assad. La postura de la gente con respecto al Gobierno va desde el apoyo explícito y firme que expresan muchos, a la crítica en determinados aspectos, sobre todo de carácter social, que realiza la mayoría. No obstante, esta crítica va acompañada en todo momento de un apoyo tajante al Gobierno de Al Assad en lo que a política exterior se refiere, y del rechazo a la actitud que EEUU y Europa tienen respecto a Siria. La población civil, la gente trabajadora de Siria, tiene
muy claro que están bajo la constante amenaza de ataque por parte de EEUU e
Israel. Es un elemento homogeneizador del pueblo sirio, que olvida todas sus
diferencias cuando de defender su tierra se trata, al igual que ocurre con todo
pueblo con un mínimo de dignidad. Algo que sorprende gratamente al visitante es
la presencia en muchísimos lugares de la bandera palestina, junto con la siria:
está presente en casas, tiendas, edificios oficiales... Ello deja bien claro que
el pueblo sirio apoya claramente la lucha del pueblo palestino. Un apoyo tan
claro no se ve en otros países del área como son Jordania o Egipto.
Los altos del Golan
Durante estos días hemos estado, además, en la parte no ocupada de los Altos del Golán sirios. Vimos los escombros que quedan de lo que fue Quneitra, población que hasta 1973 fue la capital administrativa de la región de los Altos del Golán con 37.000 habitantes. Sólo quedan las ruinas de lo que fuera una localidad pujante y llena de vida. El hospital, la iglesia, la mezquita, la calle que albergaba tiendas y bancos, las casas... todo fue literalmente arrasado por el Ejército israelí, todo fue sistemáticamente destruido por el mismo Ejército que sigue ocupando parte de los Altos del Golán. En la parte ocupada, que tuvimos la oportunidad de conocer en la brigada a Palestina del verano pasado, continúan viviendo 20.000 sirios en cinco pueblos, rodeados por 14.000 colonos sionistas. Población siria que se niega a aceptar la nacionalidad israelí, en una clara muestra de desobediencia civil. Aún hoy, hay una veintena de presos políticos sirios por luchar por la reunificación de la parte ocupada de los Altos del Golán con Siria.Quneitra es hoy una ciudad fantasma, una vergüenza que recuerda al mundo su complicidad con la maquinaria de destrucción israelí. El único movimiento que se ve es el del contingente sirio. A escasos 50 metros de Quneitra, en el otro lado de la frontera artificial, luce la bandera de la imposición israelí, mientras los cascos azules de la ONU patrullan de uno hacia otro lado, con una pasividad que habla por sí sola. El ataque contra Líbano nos sorprendió en Alepo. Desde un primer momento, la televisión siria y Al Jazeera emiten en todo momento información relativa al ataque israelí. Las imágenes de civiles asesinados, los testimonios directos y desgarradores, hacen que Al Jazeera sea un referente para toda la población, que está literalmente enchufada a la televisión día y noche. Hemos podido comprobar directamente que esta cadena de televisión ejerce una labor contrain- formativa clara, da una información que no cuadra con los intereses de Israel, EEUU y «Europa» y ello la convierte en testigo incómodo para los poderosos y en referencia ineludible para la gente que desea una información fidedigna. La gente en Siria es consciente de que el ataque a Líbano puede ser el preludio de una guerra imperialista contra Siria. Sorprende ver el grado de cohesión y unidad del pueblo sirio en torno a este tema. Desde que comenzó la agresión israelí, la gente se moviliza cada día. Hay manifestaciones diarias en todas las poblaciones importantes de apoyo a Líbano y a Palestina, en las cuales nuestra ikurriña también ha ondeado. Las banderas de Líbano y de Hizbula, que hace unos días no eran visibles, ondean ahora en todas las tiendas, en los zocos, en muchos coches, junto con las banderas siria y palestina. En el zoco de Damasco un vendedor de alfombras nos decía
con una sencillez abrumadora que si Israel vence en Líbano, después vendrán
contra Siria. Todo parece apuntar a que el objetivo último del ataque a Líbano
es, en realidad, Siria. Y ello, por varios motivos.
¿Quien mato a Hariri?
Israel y EEUU consiguieron el año pasado, tras presionar en la ONU, la retirada de Líbano del Ejército sirio tras imputarle la responsabilidad política de varios atentados realizados contra dirigentes calificados como «antisirios», como el ex primer ministro Hariri. Siria siempre ha rechazado cualquier vinculación con los atentados y señaló que sólo beneficiaban a Israel. La mano negra de los servicios secretos israelíes era bastante evidente. El tiempo ha dado la razón al Gobierno sirio, porque escasos meses después de la retirada siria, Israel ataca a sangre y fuego a Líbano, algo que no le hubiera resultado tan fácil si las fuerzas sirias estuvieran aún desplegadas en Líbano.Otro motivo sería que una ocupación de Líbano por Israel, o la imposición de un gobierno títere de EEUU e Israel en el país, haría que Siria quedara rodeada de regímenes sometidos a los intereses imperialistas de EEUU: Irak al este, Líbano e Israel al oeste y Jordania al sur. Ello haría más factible un ataque contra Siria, ataque que se produciría con el silencio cómplice de Europa y de la mayoría de los estados árabes, que tampoco se atreven a plantar cara a EEUU y su gendarme, Israel. Cuando nuestra estancia en tierra siria se acerca a su fin, nos queda claro lo inciertos y prefabricados que son los estereotipos que en Occidente se dan acerca de «pueblos terroristas». Mientras «democracias» como Israel bombardean y masacran estos días a palestinos y libaneses, y amenazan a Siria con la connivencia de los gobiernos de Europa, la gente de un país incluido por EEUU en el Eje del Mal y que vive bajo la espada de Damocles, como es Siria en estos momentos, nos da muestras diarias de hospitalidad. Y es que los pequeños hechos ponen a cada uno en su sitio. Por ello, para Siria, para Palestina y Líbano, para sus gentes, nuestro reconocimiento y afecto. Para los sionistas y sus amigos, nuestro más profundo desprecio. - (*) Igor Urrutikoetxea es miembro de Askapena. Envía
esta crónica desde Siria.
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