- Balance
Los vascos han cumplido: trabajo y combatividad
·El nivel medio ha sido notable: 8 de los 14 que han terminado, entre los 50 primeros
BILBO
Por tercer año consecutivo, los ciclistas vascos se despiden del Tour con un rosco. En cualquier caso, el nivel medio exhibido por los nuestros ha sido notable, aunque no se haya visto reflejado en los resultados. De los 17 que comenzaron en Estrasburgo, todos, salvo Iban Mayo, Alberto Martínez y David López, llegaron ayer a París.Zubeldia ha vuelto a ser el mejor en la general y prácticamente todas las escapadas han tenido apellido vasco. En cuanto combatividad y ganas más no se puede pedir. Ese buen nivel medio se ve reflejado también en la clasificación general, con ocho de los 14 que han terminado entre los 50 primeros:a Zubeldia, noveno, le siguen Vila, 22º, Arrieta, 28º, Zandio, 33º, Camaño, 35º, Astarloza, 36º, Egoi, 42º, y Landaluze, 51º. El Tour del Euskaltel-Euskadi ha estado marcado por la retirada de Mayo y el rendimiento regular de Zubeldia, lo que le ha llevado a terminar noveno y a mostrar el maillot naranja en todos los momentos decisivos de la carrera. Por tercer año consecutivo se van de vacío tras las victorias de Laiseka de 2001 en Luz Ardiden y de Mayo de 2003 en Alpe d’Huez.
Isasi, el ejemplo naranja Pero sería muy injusto quedarse sólo con eso. Y es que la actitud y la combatividad mostrada por los otros siete corredores ha sido de diez. Todos se han involucrado en carrera, sobre todo, en las primeras dos semanas. El equipo se mostró en carrera hasta que las fuerzas les acompañaron. Memorable es la carrera que ha desarrollado Isasi: ha cazado escapadas, ha trabajado para el equipo y en un esprint acabó tercero tras los inalcanzables Freire y Boonen. Landaluze también se ha dejado la piel y sólo un suspiro le apartó del triunfo camino de Gap. Lo mismo se puede decir de Unai Etxabarria, el corredor con más kilómetros en fuga en la primera semana. El resto, como mínimo, lo ha intentado y Aitor Hernández, Verdugo y López, además, han acumulado una experiencia que será muy importante en los próximos años. Los kilómetros y los esfuerzos acumulados han pesado a los corredores de Gorospe en la última semana, y Zubeldia se ha encargado de asumir el protagonismo del equipo. El guipuzcoano ha estado con los mejores hasta el último ataque. Todos conocemos que no es un corredor explosivo y a su ritmo ha sabido meterse en el top ten, y supera así el 15º puesto del año pasado. Este año ha subido un peldaño, pero se ha quedado lejos del excelente quinto puesto que logró en 2003. El mismo ha reconocido que todavía le falta «una escalera» para llegar a aquel rendimiento. En cualquier caso, ha cogido confianza y se ha visto con los mejores, algo esencial para el futuro.
Arrieta, sobresaliente
Al margen de los corredores naranjas, el balance es idéntico: notable en la lucha y las ganas, aunque sin resultados. Un ejemplo para todos debe ser Arrieta. El corredor navarro del Ag2r ha realizado un Tour redondo: supo meterse en una escapada buena y se quedó a dos kilómetros de levantar los brazos el muro de Cauberg se lo impidió y en los Pirineos y los Alpes realizó una sensacional trabajo de equipo a favor de Dessel y Moreau, lo que le ha servido para finalizar 28º, el tercer mejor vasco en la general. Astarloza, por su parte, tenía muchas ilusiones puestas en la carrera puesto que se encontraba en su mejor momento, pero, enfermo, nada pudo hacer en los Pirineos y bastante arrojo tuvo para no bajarse de la bicicleta. Más recuperado, hizo buenas etapas en los Alpes. Egoi Martínez ha sido de lo poquito que se ha salvado del Discovery Channel. Bruyneel tiene que estar contento con él. El de Etxarri Aranatz se ha involucrado en carrera y ha estado combativo, pero dos caídas han lastrado su rendimiento.
Trabajar para otros Tras Zubeldia, Vila ha sido el mejor vasco, 22º. El de Lampre ha desarrollado un gran trabajo personal y colectivo que no se ha visto reflejado en resultados para el Lampre. En Alpe d’Huez realizó una etapa sensacional a favor de Cunego. Tras Giro y Tour, se ha ganado un merecido descanso.
Zandio y Txente han sido dos de los apoyos de la revelación Pereiro. El primero no ha sido tan protagonista como el año anterior, pero su labor en los Alpes ha sido encomiable. Txente, por su parte, no ha podido cazar ninguna escapada y, si Zandio trabajaba en la parte final de las etapas, él hacía el trabajo oscuro y que no se ve en los inicios de cada jornada. Garate se intentó lucir el día en que Landis ganó el Tour. Al menos, lo intentó, después de tener que trabajar de lo lindo para Boonen en la primera semana y media. El flamenco no pudo recompensar el trabajo del guipuzcoano. Por último, Alberto Martínez llegó con el depósito medio vacío al Tour y notó en exceso el alto ritmo de carrera. Ya había cumplido durante la temporada con el Agritubel y se retiró en su debut.
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