GARA
IRUÑEA
Algo mejorado de la gastroenteritis que ha afectado a varios integrantes de la plantilla madridista en el stage de Austria, Roberto Soldado entrenó ayer por última vez con el Real Madrid y se despidió de sus compañeros para poner rumbo a Iruñea y comprometerse con el equipo rojillo.
«Estoy feliz porque aquí no tenía hueco y Osasuna es una oportunidad para crecer como jugador. Es un proyecto bonito. A ver si puedo jugar la Liga de Campeones si superamos la fase previa», afirmó.
Soldado recala en el equipo rojillo con una cláusula que obliga a Osasuna a pagar al Real Madrid, si no disputa un 90 por ciento de los partidos de esta temporada.
Tras compartir la comida con el resto de compañeros en el Real Madrid, Soldado abandonó el hotel de concentración en Irdning para dirigirse a Viena, donde cogió un vuelo directo que le desplazó a Madrid. Hoy llegará a Iruñea para firmar, ser presentado y sumarse a los entrenamientos a las órdenes de su nuevo entrenador y máximo valedor, Kuko Ziganda.