La alimentación es un asunto que suscita muchos debates y propicia muchos análisis acerca de lo que finalmente consumimos los consumidores. Los aditivos artificiales con que se preparan muchos de los alimentos que ingerimos poseen virtudes conservadoras y antioxidantes que evitan que se deterioren los alimentos. Pero no es oro todo lo que reluce. Los últimos estudios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) demuestran el alto poder antioxidante de algunas sustancias naturales.
Alimentos como el albaricoque, la canela, el anís, el jengibre, la menta, la nuez moscada, el regaliz o la vainilla han demostrado su capacidad antioxidante para mantener intactos los alimentos. Se trata en todo caso de conservar las propiedades naturales que ya tienen los mismos.
Ultimamente se ha constatado un intento de reducir el uso de los aditivos sintéticos, los «populares» E-320, E-321 y E-310, en favor del uso de otras sustancias más naturales y menos dañinas para nuestro organismo. Según María Isabel Egea, del CSIC, se debe a que «se ha cuestionado la inocuidad de los primeros, atribuyéndoles incluso propiedades cancerígenas».
Los ocho alimentos exponentes fueron elegidos después de comprobar su composición y observar su alto contenido en sustancias fenólicas, unos de los principales compuestos antioxidantes. El trabajo revela la elevada actividad antioxidante del albaricoque de la variedad Búlida y de las otras siete especias aimentarias, superior al de los sintéticos.
El caso del albaricoque es especial ya que estudiaron también los métodos que se emplean para prolongar la vida del fruto, el congelado y enlatado. Se estudió también una nueva técnica de conservación en fresco, 1MCP.
El estudio concluyó que este proceso apenas altera la actividad antioxidante del albaricoque y que sigue siendo elevada. La técnica, que aún no se ha aplicado en el Estado español, «hace que la actividad antioxidante se mantenga mejor que si el fruto no fuera tratado».
También se han estudiado otros procesos que se le aplican a la fruta en su transformación en la industria alimenticia.
La liofilización, empleada habitualmente para transformar los frutos y fabricar, por ejemplo, yogures afrutados, no afecta al poder antioxidante del albaricoque. -
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