BANGKOK
El canal 5 de televisión tailandesa, regido por el Ejército, suspendía la programación habitual en medio de insistentes rumores sobre un golpe de Estado. La programación televisiva, fue sustituida por música, y poco después en Bangkok se detectaba un movimiento inusual de tropas de regimientos de Infantería y de Caballería. Era la antesala del nuevo golpe de Estado. Minutos más tarde diez carros de combate rodearon la sede del Gobierno de Bangkok, y otros tantos se dirigían al centro desde donde emite el canal 5 de televisión. Horas más tarde, los golpistas anunciaban la imposición de la ley marcial y la consiguinete justificación de la asonada.
«Ha habido una división social como nunca antes. Cada parte ha tratado de conquistar a la otra por todos los medios posibles y la situación tiende a empeorar a causa de las dudas sobre la Administración en medio de la extendida corrupción», señaló el comunicado.
«Las unidades del Estado y las organizaciones independientes han sido políticamente incapaces de prestar sus servicios como especifica la Constitución» de 1997, que fue derogada, agregaba el texto militar.
Poco antes, los militares habían anunciado la próxima creación de una comisión para reformar la Constitución.
En un comunicado, las Fuerzas Armadas y la Policía indicaron que la comisión estará formada por tailandeses leales al rey Bhumibol Adulyadej, y que al mismo tiempo será constituido un gobierno provisional.
El citado mensaje fue emitido por los canales estatales de televisión poco después de que el Ejército declarará la creación de un «Consejo Administrativo para la Reforma», y su lealtad al monarca.
En otro de los comunicados emitidos en la larga noche tailandesa, y tras su audiencia con el rey de Tailandia Bhumibol Adulyadej el general Sondhi Bunyaglarin indicó que «como el país no tiene primer ministro, todos los poderes que la ley autoriza han sido traspasados al líder del consejo», es decir, a Sondhi Bunyaglarin.
Antes de ser depuesto, Shinawatra, quien se encuentra en Nueva York asistiendo a la Asamblea General de Naciones Unidas, declaró el Estado de emergencia y ordenó también el cese del general Sondhi Bunyaglarin.
Bangkok, sin embargo, era una hervidero de rumores acerca de un golpe de Estado desde que el pasado mes tres miembros de la Comisión Electoral fueron detenidos y encarcelados por prestar apoyo ilícito a la formación gubernamental Thai Rak Thai (Tailandeses Aman lo Thai), que encabeza Shinawatra, un multimillonario y ex oficial de la Policía convertido en político.
El Thai Rak Thai ganó las elecciones legislativas celebradas el pasado 2 de abril, aunque estas fueron boicoteadas por todos los partidos de la oposición.
El último golpe de Estado en Tailandia fue en 1991 contra el gobierno del primer ministro Chatichai Choonhavan.
El primer ministro finlandés, Matti Vanhanen, cuyo país ejerce la presidencia de la UE, expresó ayer su «grave preocupación» ante el golpe, y pidió «un regreso al orden democrático sin demora». «Es altamente lamentable que las instituciones democráticas al parecer hayan sido tomadas por la fuerza militar», declaró Vanhanen.