DONOSTIA
La feria de San Mateo 2006 parece estar maldita. Tras la lesión de Aimar Olaizola el pasado sábado, ayer fue Irujo el que no pudo acabar su partido debido a un fuerte tirón en la zona lumbar derecha nada más comenzar el partido. El delantero de Ibero intentó continuar, pero el fuerte dolor le obligó a suspender el encuentro con el marcador igualado a ocho tantos.
La fatal jugada se produjo cuando Asier Olaizola y Peñagarikano mandaban 1-3 en el marcador. Irujo continuó jugando a pesar de las molestias, pero con el empate a siete entró a vestuarios a recibir masaje. El intento de cura no tuvo efecto y el de Aspe tuvo que retirarse definitivamente.
Hasta hoy no sabremos con exactitud el alcance real de la lesión, pero parece que el Campeón Manomanista se perderá el resto de la feria riojana. Aunque no es oficial, apuntan a Sebastien Gonzalez como el encargado de sustituir al navarro en el decisivo partido de mañana contra Xala y Pascual.
Tras la suspensión, las empresas montaron un enfrentamiento en el Cuatro y Medio entre Eulate y Peñagarikano que no dio lo que se esperaba. El guipuzcoano ganó con suma facilidad (16-3) al navarro.
Los sufridos espectadores del Adarraga no levantan cabeza. En el primer partido del Torneo se lesionó Olaizola II y en el de ayer suspendió Irujo. Los otros dos partidos no han respondido a las expectativas, ya que Xala-Pascual y Olaizola I-Beloki no jugaron a su mejor nivel el domingo, mientras que Leiza y Otxandorena cayeron con estrépito el lunes (22-5).
Y debido a las numerosas lesiones, el partido especial de hoy también cambia de cara. En vez de cuatro delanteros jugando por parejas, el dúo formado por Titín III y Otxandorena se enfrentará al trío formado por Galarza V, Arbizu y Nalda III.
Todos estos acontecimientos se unen a la otra mala noticia que llegaba desde Bizkaia. La ecografía realizada ayer a Oier Zearra confirmó la rotura fibrilar de un centímetro de longitud en su hombro, por lo que el zaguero vizcaino tendrá que esperar al menos tres semanas para volver a las canchas.
Parece que los pelotaris están pagando ahora los esfuerzos continuados de un verano repleto de partidos y festivales. Es una situación delicada que deberá exigir una profunda reflexión en el mundo pelotazale.