El ministro Moratinos no se caracteriza, precisamente, por su facilidad locutiva. Es de esos seres humanos que aparentan tener mala sincronía entre su pensamiento y su expresión hablada. Los políglotas acostumbran a tener estas pequeñas disfunciones, cada palabra la van pasando por todos los controles de todas las lenguas que conocen hasta que llegan al lugar preciso. Y lo hacen, generalmente, tarde y mal. Pero es que el señor Moratinos aparece en los programas de zapping porque en sede universal intenta decir aquello de que el cielo está enladrillado, quién lo desenladrillará... Y se equivoca. Y se vuelve a equivocar en la rectificación. Pues eso, si los chicos de la derecha falangista necesitaban algo más, se lo ha puesto a huevo. Y es que hay cosas con las que no se puede jugar, y menos en un lugar como la ONU donde existen traductores a varias docenas de idiomas. ¿Se imaginan a los intérpretes de chino, japonés o simplemente inglés? ¿No se habrán acordado de su santa madre? Pocas bromas.

Lo que parece que está verdaderamente enladrillada es la política en general, con especial incidencia circunstancial en todo lo que tiene que ver con el conjunto del Estado español, sus costas y sus páramos, sus valles, sus colinas y sus montañas nevadas o peladas. Por todos los puntos cardinales aparecen los enladrilladores manteniendo relaciones peligrosas con los electos, o con los subalternos funcionariales. Y anuncios como el de José Antonio Camacho vendiendo apartamentos con campo de golf en Murcia por la tele. Vamos, que nos vamos.

La Bolsa no necesita que nadie la desenladrille porque enladrillada es como mejor se sostienen las ganancias especulativas. Pero ahora, las llamadas eléctricas están siendo acotadas por los ejércitos de enladrilladores. Y no va a existir desenladrillador capaz de romper esta tendencia tan manifiestamente dedicada a ganar dinero de la misma manera que lo han ganado con los ladrillos. Iberdrola, en manos de Florentino Pérez, puede ayudar quizás a superar la crisis del Athletic, donde ahora mismo está al frente una mujer de apellido de linaje. El recibo de la luz está enladrillado, quién lo desenladrillará. -