BILBO
Durante su intervención en el pleno de política general del territorio, Bilbao aseguró que éste es «un problema de Estado» porque, cuando los menores accededen a la mayoría de edad, se convierten en «irregulares sin papeles». También recordó la responsabilidad de la Diputación, dentro del problema de la inmigración, de la tutela de los menores extranjeros no acompañados. «Es un fenómeno que empieza en Bizkaia hacia 1998, año en el que permanecían en un centro cuatro menores. Desde entonces, el número no ha dejado de crecer», informó.
Precisó que si en 2003 el número de menores se elevaba a 106, a finales de 2005 había 139 niños extranjeros acogidos, y a fecha de hoy suman 258 menores, «20 más que el pasado martes». De los 44 menores no acompañados que llegaron a Bizkaia el pasado mes de agosto, 38 procedían de Marruecos, 2 de Rumanía y los otros 4 de Camerún, Argelia, Ghana y Moldavia.
El diputado general recordó que la Diputación ha celebrado dos reuniones monográficas con los grupos junteros para «compartir y buscar soluciones a los problemas que supone esta llegada continua de menores extranjeros no acompañados», y mantiene «un criterio aceptado unánimemente por la comunidad científica: los niños deben vivir con sus padres».
«Sólo en situaciones extremas en las que los técnicos detectan una situación de grave riesgo para el menor o una situación de desamparo, los niños y niñas son acogidos en esquemas residenciales. Por esa misma razón, por coherencia con el Sistema de Protección de Infancia, la Diputación de Bizkaia considera que los menores extranjeros deben ser devueltos con sus padres», argumentó.
Bilbao expresó su sospecha de que los menores que provienen de Marruecos llegan a Bizkaia «para realizar el proyecto migratorio de sus padres» y señaló que «la emigración es un derecho del adulto, no un derecho del niño». Por eso, el diputado general instó a llevar a cabo «unas políticas claras de repatriaciones, de devolver a los niños con sus padres».