Mikel Insausti
Los incombustibles
·ZURRIOLAN
Los hosteleros se quejan a la organización del Zinemaldia de que siempre llevan a los invitados a los mismos establecimientos y, desde la otra parte, les contestan aludiendo a la falta de iniciativa privada. Harían bien en tomar ejemplo de un evento paralelo que ya ha alcanzado carta de naturaleza y que consiste en premiar a un “incombustible” del ambiente festivalero. En la presente edición ha sido el turno de Tito García, al que Diego Galán en su libro “Jack Lemmon nunca cenó aquí” señalaba como su verdadero e imprescindible ángel de la guarda en el cometido de relaciones públicas. El plato elegido para acompañar la entrega del trofeo es el marmitako que, de forma deliberada o no, resulta representativo del “equilibrio” entre sus ingredientes y la “madurez” de su preparación. Viendo a los auténticos incombustibles caigo en la cuenta de lo lejos que estoy todavía de ellos en cuanto a compaginar trabajo y fiesta, aunque ya he cumplido mi 25 aniversario como acreditado de prensa. Si añado a esa cifra las que seguí anteriormente por mi cuenta, compruebo contento que tan sólo me perdí las veinte primeras ediciones. Empecé colándome en las sesiones del mercado del film que solían tener lugar en la sala Kutxa y, entre otras cosas, me sirvieron para engancharme al cine argentino por culpa de "La Patagonia rebelde", película que se me quedó grabada en la memoria cinéfila a fuego. -
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