Iratxe Fresnada
Copiando viejos esquemas
Cuando salimos del cine le pregunté a mi compañera: «¿Lo que vive la protagonista no se te hace familiar?« «¡Si, demasiado mijita!». Acabábamos de ver “Copying Beethoven”, de Agnieszka Holland, una película que mas allá de ser solamente un biopic sobre la vida y milagros del compositor y retrata a las mil maravillas la relación de tensión creativa y emocional que mantiene el músico con su copista. Su copista, su pupila, su ayudante, su enfermera su confesora... Me viene a la memoria una vieja canción, la de la secretaria que trabaja y ama y que siempre calla. Me rió al canturrearla pero creo que es una de las tantas historias sobre una mujer que, mas que estar a la sombra de un hombre, busca la sombra para éste. Porque la mujer, ante todo, ha de ser la compañera. Si tiene suerte puede ser bella, si tiene el don; graciosa, pero eso de ser inteligente dejémoslo para otros, ella podrá ser estudiosa o aplicada en todo caso. Siempre le he oído decir a mi madre que a ella le hubiese gustado ser médico o enfermera, pero en sus tiempos eso era algo relegado a los hombres. A ellas les esperaba el matrimonio, los hijos, una casa que cuidar y un hombre al que mimar. Siempre la misma historia, no había elección. Hoy, en pleno siglo veintiuno, además de salir a trabajar fuera algunas también lo hacemos en casa, y por si fuera poco seguimos teniendo que demostrar lo que valemos para no generar sospechas acerca de nuestras capacidades. ¡Menuda liberación la nuestra! ¡Y con tanto Beethoven que aguantar y al que pasar las partituras a limpio! -
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