La revista científica británica “The Lancet” difundió ayer un informe sobre las consecuencias de la invasión de Irak elaborado por investigadores de la Escuela de Estudios Médicos Johns Hopkins Bloomberg de Baltimore (EEUU) y de la Escuela de Medicina de la Universidad Al Mustansiriya de Bagdad (Irak). En sí, se trata de una actualización de un trabajo publicado por vez primera en 2004 en relación a los datos de mortalidad en el país árabe.
El estudio que ahora ve la luz se ha basado en una encuesta a domicilio, llevada a cabo en distintas regiones de Irak, cara a determinar cuántas personas han desaparecido de sus hogares, tanto de muerte violenta como por otras causas, desde que la fuerza multinacional se instalara en el país. De este modo, los investigadores han llegado a una primera y significativa conclusión: en la actualidad se producen en Irak muertes a un ritmo tres veces superior al que se registraba antes de la invasión militar de marzo de 2003. En cifras globales, se estima que unas 655.000 personas han muerto por causas ligadas a la ocupación militar.
El informe multiplica por veinte las cifras ofrecidas por Estados Unidos y por diez las que barajan las autoridades del Irak ocupado. Ello llevó ayer mismo al presidente George W. Bush a considerar «no creíble» un estudio que viene a sumarse a la denuncia de diversos organismos no gubernamentales y medios de prensa independientes en el sentido de constatar el silenciamiento de buena parte de las acciones de violencia que se dan en Irak.
Es innegable que el informe, que responsabiliza del 31% de esos fallecimientos a las fuerzas de la coalición internacional, se da a conocer en un momento muy concreto, y hasta posiblemente buscado, al ver la luz en la recta final de la campaña a las elecciones legislativas estadounidenses. Con vista a los comicios del 7 de noviembre, el presidente Bush se ha esforzado en acelerar la aprobación de medidas relativas a la seguridad, en un intento de compensar la pérdida de credibilidad a la que le somete con éxito, a decir de los sondeos la oposición demócrata con sus denuncias sobre el fracaso de la «guerra contra el terrorismo». El informe de “The Lancet” tiene serias posibilidades de servir de baza electoral pero, más allá de la guerra de cifras, lo pormenorizado del estudio merece ser considerado por las instituciones internacionales que pueden acelerar el final de la ocupación de Irak. -