WASHINGTON
Estados Unidos recomendó ayer a Corea del Norte que abandone la idea de realizar un segundo ensayo nuclear e indicó que «la comunidad internacional responderá con claridad» si llega a realizarla. El secretario de Estado adjunto de EEUU y enviado especial de Washington para la península de Corea, Christopher Hill, dijo ayer en Seúl que «creo que todos entenderíamos una segunda prueba como una respuesta beligerante por parte de Corea del Norte», a la que «la comunidad internacional se verá obligada a responder claramente».
Ayer se supo en Corea del Sur y Japón que EEUU había suministrado a estos países información sobre extraños movimientos en la misma zona en la que el pasado día 9 Corea del Norte realizó su primera prueba atómica. Tales datos hacían sospechar que Pyongyang podría estar preparando un nuevo ensayo nuclear.
El primer ministro ruso, Mijaíl Fradkov, expresó ayer su confianza en que Corea del Norte no haga un segundo ensayo nuclear, puesto que, de producirse tal prueba, «la situación se volvería muy complicada».
En el mismo tono se pronunció China, quien conminó a su aliado y vecino Corea del Norte a abstenerse de «adoptar medidas» que empeoren la situación. Con respecto a la resolución, Pekín aseguró ayer que acatará las sanciones previstas, aunque matizó que tendrá en cuenta sus normas comerciales internas.
Por su parte, Pyongyang consideró que las sanciones en represalia por su primer ensayo nuclear suponen una declaración de guerra, por lo que el país dijo que «golpeará despiadadamente» a quien se ampare en la resolución para violar su soberanía nacional. Pyongyang quiere «la paz pero no teme a la guerra», señaló.