WASHINGTON
El gobernante aseguró que la nueva norma es una «pieza clave en la lucha contra el terrorismo». La oposición demócrata y las organizaciones de derechos humanos, por el contrario, la consideran una herramienta que autoriza la tortura y la detención indefinida de personas contra las que no se han presentado cargos formales.La Ley de Comisiones Militares ayudará «a salvar vidas», aseguró Bush en una ceremonia en la Casa Blanca, rodeado por los principales miembros de su gabinete, congresistas y mandos militares. Según Bush, la nueva ley envía un claro mensaje al resto del mundo: que EEUU «nunca» cederá ante las amenazas a su «libertad».
Los republicanos introducirán esta ley en su lista de logros en materia de seguridad, con vistas a las elecciones legislativas del próximo 7 de noviembre, en las que está en juego el control del Congreso. De hecho, el Comité Nacional Republicano difundió un comunicado, inmediatamente después de la promulgación de la ley, en el que señalan que «los demócratas dejarían libres a los terroristas».
Acto seguido, el Partido Demócrata denunció que los republicanos «politizan» el debate y les acusó de interesarse más por ganar votos que por elaborar una norma justa y efectiva. Para el senador demócrata Patrick Leahy, ayer fue «un día triste» porque se ha dado el visto bueno a una ley que «debilita» las libertades y «asalta» la Constitución estadounidense.
Más duras aún son las críticas del Centro para los Derechos Constitucionales, que asegura que es una ley que «otorga poder al presidente para autorizar la tortura y mantener en prisión a alguien de forma indefinida». Para la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU), representa «una de las peores medidas promulgadas en la historia de EEUU».
Amnistía Internacional (AI) consideró que con la autorización de esos procedimientos, «que socavan los principios básicos de la Justicia», Bush «está creando un clima en el que se producirán más violaciones de los derechos humanos. La única forma de garantizar la seguridad a todo el mundo y la reparación a las víctimas del terrorismo es mediante la aplicación de una justicia auténtica». «Esta ley autoriza el uso de pruebas obtenidas por la fuerza y desposee a todos los detenidos por EEUU, como ‘combatientes enemigos’, de sus derechos para recurrir su detención en tribunales estadounidenses», indicó Amnistía Internacional.
Grupos religiosos
La legislación tampoco gusta a algunos grupos religiosos, cuyos seguidores se manifestaron ante la Casa Blanca, mientras el presidente presidía la ceremonia de la promulgación, con lemas como «Bush es el terrorista» o «La tortura es un crimen».Las mayores críticas a la ley se centran en que no incluye el derecho de los extranjeros detenidos a presentar un recurso de habeas corpus, un derecho internacional por el que se puede cuestionar la ilegalidad de una detención, así como las condiciones y malos tratos que se hayan podido sufrir.
El presidente se vio obligado a pedir al Congreso que preparase esta normativa, después de que en junio el Tribunal Supremo fallara en contra de los tribunales militares establecidos por el Pentágono en Guantánamo. El Supremo consideró entonces que esos tribunales violaban tanto las leyes estadounidenses como el derecho internacional y dejó en manos del Congreso la tarea de elaborar una ley sobre el trato y enjuiciamiento de «presuntos terroristas».