Josu Imanol Unanue Astoreka - Activista social
Políticos: dimisión
Creo que es justo decir lo que se piensa esperando que la justicia tan parcial no actúe acusando de no sé qué delitos de los cuales es imposible defenderse, porque en esa dinámica estamos y lo sabemos todos. Y no es fácil opinar, excepto para quienes aplauden al poder. Esos sí pueden. Ante todo, la solidaridad con todos los que sufren, y entre ellos las dos familias afectadas por el atentado de Madrid.Pero ante el bochornoso espectáculo ofrecido por los políticos, me parece razonable dirigirles unas letras que espero les produzcan, como mínimo, rubor. Ustedes no se merecen ningún respeto cuando durante casi diez meses no sólo no han hecho nada que pueda solucionar el conflicto que tanto parece ser les preocupa, sino que se han dedicado a tomarnos por tontos a los ciudadanos que sólo tenemos la obligación de callarnos siempre que les conviene y de votarles cada cuatro años, y sólo a ustedes, porque la participación ciudadana de la disidencia no la han permitido nunca, ya fuera en tiempos del dictador Franco, ya en las llamadas épocas democráticas, en las que han negado una y otra vez la voz a éste y a otros pueblos, hilvanando una estrategia de represión ya legalizada con el beneplácito de los que optan por seguirles el juego. Lo sucedido antes y durante las manifestaciones de Iruñea o Bilbo y la de Madrid, y me temo que después, se puede resumir en dos palabras: manipulación y vergüenza. Han llegado hasta la desvergüenza de decirnos que ceden la palabra y el protagonismo a la ciudadanía. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Sólo ahora? ¿A quiénes? Si en nuestras manos estuviera, ese tema y otros estarían resueltos, porque para eso sólo falta respetar. Ustedes a esta ciudadanía le han negado siempre la palabra y el protagonismo, porque niegan la existencia propia y la finalidad de los foros de participación ciudadana, y no respetan lo allí decidido siempre que no les conviene. Estos señores se han cargado una y otra vez, y muchas de manera violenta empleado sus ejércitos represivos, los actos de denuncia a unas actuaciones partidistas; les recuerdo las de antaño y siempre: centrales nucleares, amnistía, autodeterminación, euskera, AHT, emigración, cooperación con los países en vía de desarrollo, pobreza, OTAN, incineradoras, puertos deportivos, Itoitz, “Egin”, “Egunkaria”, 18/98+, OlentzeroŠ dando incluso el lamentable espectáculo de lo sucedido, por ejemplo, en Anoeta, tan silenciado por los medios afines al poder, y así una lista interminable que sólo las mentes no interesadas estaremos recordándoles una y otra vez hasta pedirles cuentas y razones. Por tanto, no nos hablen de pueblos e intereses colectivos y solidaridad cuando lo que parecen ser opiniones mayoritarias en sus encuestas tan aireadas, a saber, derogación de la antidemocrática y fascista Ley de Partidos, diálogo entre todos los partidos, autodeterminación, acercamiento de los presos... no lo han respetado ni «estimado conveniente». Me gustaría que explicaran a la ciudadanía en qué se basa realmente su «juego democrático». ¿En repartirse los intereses económicos? ¿En dirigir estos trozos de país como si fuera una empresa propia? ¿En tomar decisiones de represión contra cualquier tipo de disidencia? ¿En mítines en los que se puede comer, cantar y gritar gora Euskadi askatuta? ¿En legalizar el txistu y el tamboril y la mutil dantza? ¿En que se vote cuando quieren y como quieren? ¿En mantener el mayor índice de policías por habitante de EuropaŠ? Está claro que, entre otras cosas, en elevarse una y otra vez sus sueldos propios, en mantener la precariedad laboral y la siniestrabilidad, en no repartir las riquezas, en el marketing y en otras actividades parecidas, sí. Entérense de que parte de este pueblo les grita que se respeten sus derechos de opinión y participación, esté o no ETA, porque es nuestro derecho, no el suyo negárnoslo. Que eso no les interesa a ustedes, como muchos, ya lo palpamos, ya lo sabemos, sólo respetan a los que callan, les jalean, aplauden o son partícipes de sus repartos o sólo participan cuando ustedes les indiquen desfilar. No, señores políticos que continuamente buscan en el baúl las palabras más encandiladoras y mejor pronunciadas para sus mítines o ruedas de prensa, deberían dimitir por incompetentes, porque pese a saber que el respeto a todas las opciones e ideas de este pueblo es la solución, siguen sin admitirlo y alargando el sufrimiento, y su responsabilidad es directa. El lema de la pancarta que un día espero ver será el que exija su dimisión y pida mi participación como ciudadano que paga sus impuestos obligadamente, pese a no estar de acuerdo en cómo los reparten. Tengo derecho a opinar, votar lo que quiero y, sobre todo, a no callar ante sus abusos y mentiras. Manipulen a quienes se dejen, pero que la participación democrática y ciudadana en todo lo que nos afecta sea respetada y no reprimida. Otro día espero hablar de la dudosa justicia que tanto les gusta airear. De momento pido su dimisión por salud mental, por incompetentes, manipuladores y malos gestores de mi tierra. Por cierto, un futuro lema, claro y de extremada urgencia, sería «papeles para todos y todas». -
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