El presidente español elogia la «responsabilidad y valentía» del PNV
Zapatero reclama unidad y reitera que con violencia no hay diálogo
·El PP rechaza la oferta de consenso que, con matices, asumen el resto de fuerzas del Congreso
José Luis Rodríguez Zapatero compareció en el Congreso para explicar la estrategia de su Gobierno desde el pasado 22 de marzo y reiterar que hasta la fecha no había hecho un solo movimiento que facilitara el avance del proceso. El presidente español, quien advirtió a ETA que «con violencia no hay diálogo», aprovechó la sesión para anunciar que reunirá primero al Pacto Antiterrorista y luego al resto de partidos para buscar «un gran consenso democrático contra el terrorismo». La oferta fue rechazada por el PP y asumida, con matices, por el resto de grupos.
GASTEIZ
Como le había pedido el PP, y a pesar de que al conjunto de grupos que le apoyan les parecía innecesario cuando no contraproducente, el presidente del Gobierno español compareció ayer en un pleno extraordinario del Congreso para dar explicaciones sobre las razones que le impulsaron al «inicio de un proceso que tenía como objetivo el fin definitivo de la violencia», las bases con las que actuó durante ese proceso y los pasos que dará en el futuro.Comenzó justificandose y recordando que todos los gobiernos anteriores habían intentado también el diálogo con ETA para poner fin a su actividad y apuntando que la diferencia en este caso es que él no ha contado con el apoyo del primer partido de la oposición. Por eso, cuando se produjo el alto el fuego de ETA que en ningún caso dijo cómo se gestó decidió intentarlo, ya que se llevaban 42 meses sin víctimas mortales. No pasó por alto que su decision fue apoyada por dirigentes institucionales estatales e internacionales.
«Quieto por decisión propia»
A continuación, Zapatero desgranó cuáles habían sido las bases de lo que llama proceso y que comprende el periodo de tiempo entre el 29 de junio y el 30 de diciembre.Su primera aseveración fue que «he mantenido en este tiempo plenamente en vigor los ejes de la lucha antiterrorista». Enfatizó que no se ha cambiado la Ley de Partidos, ni la acción policial, ni la de la Justicia, ni la política penitenciaria. Y que ha sido «una decisión fruto de mi convencimiento de que para abordar cualquier cambio en esas políticas habrían de darse datos sólidos que confirmasen la voluntad decidida de dar por finalizada una historia de violencia y de terror». A esto añadió, paradójicamente, que había realizado «esfuerzos importantes» para conseguir que la izquierda aber- tzale «diese pasos para integrarse en la democracia». En su referencia a estos meses, Zapatero quiso destacar específicamente el apoyo recibido del PNV y su «impecable compromiso democrático con la paz y la libertad de todos, insisto, todos los españoles».
Búsqueda del gran consenso
Por último, el máximo mandatario del Gobierno español señaló cuál será su estrategia después de que considere que «ETA ha roto el alto el fuego declarado por ella misma, ha puesto punto y final al proceso de diálogo y ha clausurado la oportunidad abierta».Destacó que «ETA debe saber que no dispone de dos bazas: violencia terrorista y diálogo». Trató de mandarle un mensaje nítido: «Nunca habrá diálogo con violencia, ni con intentos de perpetuar la violencia. Nunca. Nunca». La estrategia gubernamental consistirá en apoyar a las Fuerzas de Seguridad del Estado, intensificar la cooperación internacional, seguir apoyando a las víctimas anunció una nueva Ley de Solidaridad y, sobre todo, «conseguir la unidad y el apoyo de todas las fuerzas parlamentarias en la lucha de la democracia contra el terrorismo». En este camino, anunció la convocatoria en los próximos días de «la comision del seguimiento del Pacto Antiterrorista para, junto con el otro firmante de aquel acuerdo, evaluar la situación y debatir las posibilidades y objetivos de ese gran consenso democrático contra el terrorismo». Con el mismo objetivo, el Gobierno convocará al resto de partidos. Además, se mantendrá abierto el foro de encuentro del ministro de interior con los grupos. El PP criticó con dureza esta estrategia, mientras que el resto de partidos vio difícil aunar el llamado Pacto Antiterrorista con un acuerdo general. Pese a todo, Zapatero concluyo su discurso mostrando su esperanza de ver el final de la violencia, asegurando que su Gobierno «ha hecho, hace y hará cuanto esté en su mano para buscar los caminos de una paz definitiva».
EA pide «cauce» para la izquierda abertzale y NaBai critica el trato dado a Nafarroa
IRUÑEA
Cerraron el debate los diferentes portavoces incluidos en el Grupo Mixto, entre ellos dos diputadas vascas. Begoña Lasagabaster (EA) abogó por seguir intentándolo y reivindicó que Batasuna esté representada en las instituciones, y Uxue Barkos (Nafarroa Bai) criticó tanto al PP como a la izquierda abertzale por el tratamiento dado a Nafarroa en estos meses.Begoña Lasagabaster defendió evitar los reproches sobre el pasado y mirar al futuro para preguntarse «si podemos haber algo». Remarcó ante los diputados estatales que «Batasuna tiene una función importante» en el sentido de «dejar claro que ETA no es árbitro ni garante». Pero pidió además a los diputados del Congreso que tengan en cuenta que «es necesario que todas las maneras de pensar puedan tener su cauce, ni más ni menos que el resto». Lasagabaster planteó, en paralelo, que se celebren «juicios con garantías» y que se modifique la política penitenciaria. En cuanto a la oferta de nuevo consenso lanzada por Rodríguez Zapatero, EA le aseguró que «lo tiene por nuestra parte, salvo que pretenda mantener el Pacto».
Barkos, esperanzada
Uxue Barkos censuró la actitud del PP, y especialmente su petición de revocar la resolución del Congreso para el diálogo con ETA. Aventuró que la solución vendrá por esta vía, sin aportar concreciones sobre el momento.Se detuvo además en el caso de Nafarroa para afirmar que su grupo «la defiende como sujeto ante quienes la han utilizado como objeto». Aseguró que lo ha hecho el PP con su discurso alarmista, «diciendo que era la gran estafa del proceso», pero añadió que esta crítica también es atribuible a la izquierda abertzale por incluir la cuestión de la territorialidad entre las claves del diálogo resolutivo.
«El 29 de diciembre cometí un error»
El presidente del Gobierno español manifestó que el atentado contra la T-4 de Barajas frustró «las esperanzas de los ciudadanos vascos y de la mayoría de los españoles». «Una esperanza añadió que compartía el Gobierno, una esperanza que había expresado 24 horas antes ante todos los españoles, 24 horas antes del atentado. Todos los españoles me escucharon decir el día 29 de diciembre que tenía la convicción de que estábamos mejor que hace cinco años y que dentro de un año estaríamos mejor».«Aunque no es frecuente entre los responsables públicos, quiero reconocer el claro error que cometí ante todos los españoles», concluyó. -
Hay cosas que no se le pueden decir a la sociedad para que no las oiga ETA
Iñaki IRIONDO
«Los terroristas están, como los ciudadanos de bien, sentados frente al televisor. Atentos a nuestras palabras, atentos al provecho que puedan sacar de nuestro debate». Con esta afirmación, el presidente del Gobierno español llamaba la atención de los distintos grupos parlamentarios sobre el cuidado que debían tener en sus intervenciones. Luego apuntó que lo que allí se fuera a decir tenía dos destinatarios diferenciados: «La sociedad española», por un lado, y ETA, por otro. Y a lo largo del debate quedó claro que Rodríguez Zapatero, como otros, considera que hay cosas que no se le pueden decir a la sociedad española para que no las escuche ETA. Hubo un ejemplo palmario. El portavoz del PNV, Josu Erkoreka, concluyó su intervención apoyando «el final dialogado de la violencia». Y aunque lo hizo mostrando todo tipo de matices «cuando llegue el momento de hacerlo posible, si llega, porque hoy ya se ve que esto no ocurre», el presidente del Gobierno eludió responder a la cuestión, destacando que no entraría a hablar sobre el futuro para evitar poner boca arriba cartas que debe guardar dentro de su «estrategia antiterrorista». Los discursos políticos que se escuchan estos días tienen mucho de propaganda. Todos los partidos incluido el PP, no se engañen saben que éste es un conflicto que sólo se va a resolver por medio del diálogo político. Y saben que los obstáculos sólo podrán superarse hablando. De hecho, cuando los partidos, e incluso el propio Zapatero, se mueven en terrenos que no les comprometen en exceso por ejemplo hablando de Irlanda destacan que es preciso mantener siempre hilos de comunicación, incluso después de los atentados. Pero cuando la «patata caliente» se acerca, no todos mantienen su coherencia. La pasada semana, en una entrevista radiofónica, Josu Jon Imaz se preguntaba qué señales se enviaban a ETA si se decía que se iba a poder seguir dialogando entre los partidos como antes del 30 de diciembre. La señal que se le debía enviar, en su opinión, es que así no había diálogo posible. De nuevo el problema no era tanto qué se debía hacer, sino qué se debía decir. Todo esto es un problema, porque se hacen discursos que a la postre resultan ficticios, extremadamente coyunturales y escasamente didácticos. Se alimentan en la opinión pública expectativas que luego no se cumplen y obligan a bruscos virajes. ¿Quieren repasar cuantas veces ha dicho el Gobierno que con violencia no hay diálogo mientras ya se estaba dialogando? -
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