Doblar la actual potencia instalada de energía nuclear, en menos de diez años, es el objetivo inicial marcado por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) en un extenso informe difundido recientemente por su presidente y responsable de la Comisión de Energía, José María Cuevas. En concreto, la patronal española propone construir nuevas centrales nucleares y ampliar la capacidad de las actuales instalaciones para que en el año 2015 la energía nuclear represente el 15% del total de la energía instalada en el Estado español. El máximo responsable de la CEOE en materia de energía, Antonio Garamendi, considera que es necesario aumentar la potencia instalada de energía nuclear en torno al 50%, hasta alcanzar unos 110.000 MW en 2015, «para garantizar el suministro eléctrico».
Pocos días después de que la patronal española hiciera público su informe, el Ministerio de Industria ha admitido que será «difícil» prescindir de las centrales nucleares, a pesar del compromiso del PSOE y del Gobierno de Zapatero de presentar un plan de cierre de estas instalaciones antes de concluir la actual legislatura.
Entre otras medidas, el Ministerio de Industria baraja la posibilidad de alargar a medio plazo la vida útil de algunas instalaciones, «las más modernas y con mayor capacidad de producción», pero sin especificar cuáles.
Uno de los argumentos utilizados por la CEOE para impulsar el uso de la energía nuclear es que «no emite gases invernadero», lo que favorecería, supuestamente, los intentos de cumplir el Protocolo de Kioto.
Este mismo argumento es asumido ahora por el Ministerio de Industria, que además ve otras «ventajas». En concreto, indica que «aporta seguridad al suministro eléctrico, gracias a que precisa de pocas interrupciones en su funcionamiento, no presenta problemas de abastecimiento de combustible (uranio), y tiene un precio bajo, lo que permite que la tarifa no se dispare».
Estos argumentos son rebatidos por diversas organizaciones ecologistas, en concreto Greenpeace, Eguzki, Ekologistak Martxan y Lurralde, que coinciden en criticar la actitud pro nuclear de la patronal.
«Dependencia del exterior»
Alberto Frías, en nombre de Eguzki, considera que «el rearme de las posturas pro nucleares supone el apuntalamiento de las principales características del mercado energético: injusto, excluyente, centralizado, inseguro, ineficiente, privado y de gran impacto ambiental».
«Además, la energía nuclear no es rentable añade Frías, lo es sólo para las empresas privadas propietarias de las centrales nucleares porque externalizan el coste que supone la gestión de los residuos».
Y expone el caso español, donde Enresa, que es una empresa pública, corre «con buena parte» del gasto de gestión de los residuos radiactivos. «Es decir, los beneficios son privados (Endesa, Iberdrola...) y desorbitados, mientras que los costos corren a cuenta del presupuesto público. Si se obligase, como es de justicia, a internalizar los costos totales de aseguramiento y gestión de los residuos radiactivos, ninguna empresa privada abriría una central nuclear», concluye el portavoz de Eguzki, para quien la CEOE «intoxica casi tanto como los residuos que produce».
Juanma Hernández, de Ekologistak Martxan, entiende que la energía nuclear «es una opción inviable económicamente y sólo puede subsistir si cuenta con fuertes subsidios estatales, algo imposible en el actual sistema eléctrico liberalizado».
«La energía nuclear opina no puede hacer nada para disminuir nuestra dependencia de los combustibles fósiles, por su incapacidad para sustituir el uso de éstos en el transporte».
Hernández constata además que el Estado español «tiene una dependencia total del extranjero en lo relativo a energía nuclear», y recuerda en este sentido que «importa el 100% del uranio, el proceso de enriquecimiento se hace totalmente en el exterior y la tecnología es mayoritariamente extranjera».
Por su parte, Juan del Barrio, en nombre de
Lurralde-Asociación en Defensa de la Tierra, entiende que «el lobby de la
energía nuclear está pasando al contraataque publicitario sobre las bondades de
esta peligrosa energía. «El futuro pasa por energías limpias renovables y sobre
todo por la racionalización y reducción del consumo, poniendo en práctica líneas
de ahorro y eficacia energética, en línea recuerda con lo aprobado por
los ministros de Energía de la UE de reducir un 1% el consumo energético anual».
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La tendencia no es a abrir reactores,
sino a cerrarlos
En el Estado español hay seis centrales nucleares operativas: Ascó (tiene dos reactores de 1.032 y 1.027 Mw), Almaraz (otros dos reactores de 977 y 980 Mw), Cofrentes (1.095 Mw), Vandellós II (1.087 Mw), Trillo (1.066 Mw) y Garoña (466 Mw). Esta última cumplirá 40 años en 2011, pero el resto no lo hará hasta la década de los años veinte. Otras dos centrales nucleares (Zorita y Vandellós I) están en proceso de desmantelamiento. En el mundo hay 442 reactores nucleares, de los que 145 se encuentran en países de la UE. En 2006 se abrieron tres nuevos, todos ellos en Asia, y en la UE se cerraron ocho.
IRUÑEA