Señoras y señores, que comience el espectáculo
A pesar de tratarse del último partido de la liguilla de octavos, cuyo resultado definía los cruces de cuartos y, por tanto, las opciones de éxito de varias parejas, las butacas del Beotibar se convirtieron ayer en el lugar donde charlar amigablemente sobre éste o aquel pelotari de antaño, recordar viejas batallas en frontones cuyo nombre es imposible recordar o discutir sobre las remotas posibilidades que tiene la Real para salvarse. Todo menos prestar atención al partido. Pero eso se acabó. Las empresas ya han obtenido los taquillajes de rigor y han cumplido con los compromisos televisivos, por lo que ahora llega la verdadera competición, donde ganar es lo único que importa. Señoras y señores, que comience el espectáculo. - A.A.
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