BRUSELAS
Las diferencias salariales entre hombres y mujeres se mantienen «a niveles inaceptablemente altos» y prácticamente no se han reducido en cinco años, según el último informe sobre la igualdad entre hombres y mujeres en la UE. El documento, divulgado por la Comisión Europea, pasa revista a la situación en la Unión durante 2005, e identifica los avances en el último año y los principales retos futuros.
Entre otras conclusiones, pone de relieve que la mujer sigue sufriendo una profunda desigualdad respecto al hombre también en el acceso y la calidad del empleo, a pesar de leves mejorías producidas durante 2005.
Las diferencias salariales siguen «a niveles inaceptablemente altos y no muestran signos de cerrarse», indica el documento, que explica que en 2004 los sueldos de las mujeres eran menores en un 15% de media a los de los hombres, lo que supuso sólo una mejora de un punto respecto a 1999.
La brecha salarial es menor en Malta, Italia, Portugal, Eslovenia, Grecia y Polonia, mientras las mayores diferencias se registran en Chipre, Eslovaquia, Alemania, Estonia, Gran Bretaña y Finlandia.
En Euskal Herria las diferencias salariales entre hombres y mujeres son de entre un 30% y un 36% por realizar el mismo trabajo. Según el análisis de la fundación Ipar-Hegoa, las diferencias se deben a que una gran parte del empleo creado en los primeros años del siglo XXI se ha concentrado en ocupaciones poco cualificadas o en colectivos sociales que tradicionalmente han estado excluidos del mercado laboral, como es el caso de la mujer. Aun así, las diferencias se extienden a todas las categorías profesionales.
Empleo femenino
La tendencia favorable en el empleo femenino ha conducido «a una reducción de las diferencias de género en el empleo. Sin embargo, persisten los desequilibrios importantes mientras que las elevadas diferencias de salario no muestran signos de reducción», señala el documento.
El empleo femenino durante 2004 alcanzó el 55,7%, 0,7 puntos más que un año antes. Otra mejora fue que el diferencial de desempleo entre mujeres y hombres pasó de 3 puntos en 1999 a 2,1 en 2004. El Estado español, Grecia e Italia figuran entre los países donde esa reducción fue mayor. La diferencia de empleo entre los dos géneros ha pasado de 18,1 a 15,2 puntos entre 1999 y 2004, según el informe, que apunta como causas a una ligera mejora de las cifras de las mujeres junto a una congelación del empleo masculino.
El Estado español, Italia, Luxemburgo, Chipre, Grecia y Malta forman un grupo con una diferencia entre el acceso al empleo entre hombres y mujeres de más de 20 puntos.
Además, el informe señala que el aumento de empleo femenino se ha producido en sectores donde las mujeres ya trabajan de forma mayoritaria, por lo que se «ha reforzado la segregación» laboral que padece la mujer. La discriminación femenina es especialmente seria en el trabajo a tiempo parcial, fórmula que emplea al 32,6% de las mujeres, frente a sólo un 7,4% de los hombres, lo que atribuye a que la mujer afronta «mayores problemas para conciliar su trabajo y la vida privada».
Medidas
Además, las mujeres sufren un riesgo mayor que los hombres de padecer exclusión social. Por ello, el informe insiste en que los Veinticinco deben intensificar sus acciones para reducir las diferencias entre hombres y mujeres, tanto en el acceso al empleo como en los salarios.
También propone que los países comunitarios realicen reformas en los sistemas fiscales y de compensaciones sociales para crear incentivos a favor de que las personas actualmente dedicadas al hogar o a cuidar familiares (esencialmente mujeres) puedan incorporarse al mercado de trabajo. Sin embargo, también advierte de que las políticas sociales, por sí mismas, pueden no ser suficientes para aumentar el empleo femenino.
En este sentido, argumenta que, según algunos estudios, mientras la Unión Europea cuenta con una mejor política social que Estados Unidos, la mujer estadounidense tiene más posibilidades de acceder a un empleo y además son más las que trabajan en puestos de mayor categoría, según la portavoz de política social Katharina von Schnurbein.
Estereotipos
La razón para que se produzca este hecho apunta a los estereotipos. Así, «una diferente mentalidad no basada en estereotipos de génerosería crucial para cambiar las tendencias en Europa en este área», asegura Von Schnurbein.
En este sentido, la Comisión también pide «acciones decididas para combatir los estereotipos sexistas y animar a los hombres a que asuman sus responsabilidades en la esfera doméstica y familiar». Como ejemplo de los problemas que afrontan las mujeres con hijos para trabajar, señala que la tasa de empleo femenino es del 75,4% entre aquellas que no tienen hijos, y sólo del 61,1% entre las que sí los tienen. La carencia de un buen equilibrio entre vida familiar y laboral ha afectado no sólo a la posición de las mujeres en el mercado de trabajo, sino que ha contribuido a tasas de fertilidad más bajas, lo que también afecta a la economía de la UE.
El estudio señala que la edad a la que las mujeres tienen su primer hijo se ha incrementado en todos los países de la Unión Europea. En el Estado español ha aumentado en menor medida, en 0,1 años, mientras en la República Checa lo ha hecho en más de un año, concretamente en 1,3. Bien es cierto que el Estado español, Holanda, Alemania y Gran Bretaña son los países donde las mujeres tienen su primer hijo con más edad, alcanzando los 29 años de media.
El informe de Bruselas señala, por otro lado, que en 2005 sólo había un 23% de mujeres en los parlamentos de la UE, y únicamente en el Estado español, Bélgica, Finlandia, Holanda, Dinamarca y Suecia la cifra superaba el 33%.
También apunta a un muy bajo acceso de la mujer a los niveles superiores de la investigación y la enseñanza. Sólo ocupan el 32% de trabajos directivos en el sector privado, representan el 10% en los consejos de administración y el 3% de consejeros delegados de empresas más grandes de la UE.