BILBO
Con las imágenes de las cargas de Portugalete todavía en la retina de todos, representantes de colectivos de la izquierda abertzale con Arnaldo Otegi a la cabeza y junto a familiares de Igor Angulo y Roberto Sáiz, anunciaron ayer la convocatoria de una jornada de huelga y movilización en Euskal Herria para este jueves. «Responder a lo que ha ocurrido es hacer una apuesta por la paz y por el proceso. Estamos convencidos de que este país tiene la madurez suficiente para entender que éste es un acto de responsabilidad política», destacó el portavoz de Batasuna en una comparecencia marcada por rostros de preocupación y dolor.La actitud de la Ertzaintza en la tarde del sábado ha sido la gota que ha colmado el vaso, pero la izquierda abertzale incluye en su análisis tanto a los estados como al Ejecutivo de Lakua y el PNV. Tras subrayar que «no es casual» nada de lo que ocurrido estos días y ligarlo con las opciones de abrir un proceso de resolución, Arnaldo Otegi explicó que «todo el mundo se está retratando».
Tres retratos
Citó en primer lugar a los estados, y especialmente al español. Le acusó de buscar la «aniquilación» de los presos políticos vascos y aludió no sólo a las muertes de Cuenca y Aranjuez sino a la decisión del Tribunal Supremo de «imponer la cadena perpetua. Que al menos tengan la coherencia y la valentía de decir que su único objetivo es la aniquilación», les retó Otegi. Nuevamente, reiteró que «no es posible compatibilizar» estas políticas con un proceso de resolución.En referencia a la actitud del tripartito de Lakua y el PNV, el mahaikide recordó que en días anteriores habían manifestado que no encuentran palabras para definirla. «Sólo vemos una: cipayismo político. Le tienen miedo a la solución y al cambio», indicó citando que «en Argel y Lizarra ocurrió lo mismo». En paralelo, consideró que «masacrando, acribillando e impidiendo que la gente despida a los suyos trasladan el mensaje de ‘contad con nosotros, porque somos un socio leal’».
«Sabemos bien a qué están jugando y qué tratan de impedir avisó Arnaldo Otegi. El PNV quiere proteger su negocio. Primero hizo el documento del día de San Ignacio, luego pactó los presupuestos con el PSOE, y ahora quiere demostrarle además que es capaz de cualquier cosa, que está dispuesto incluso a masacrar a su pueblo, para que se le permita mantener su cuota de negocio».
El tercer sector que se retrata en este momento, añadió Otegi, es la izquierda abertzale. Indicó que mantiene su «apuesta política por la solución», pero dejó claro al mismo tiempo que «no vamos a pasar por alto esto, porque es muy grave». Prometió que seguirán defendiendo a los presos políticos vascos y aseguró que «nadie va a impedir que este pueblo despida a los suyos con dignidad, con cariño y con determinación».
«Los hemos querido, los queremos y los vamos a seguir queriendo», anunció el mahaikide, que se refirió a ellos también como «luchadores que harán posible más temprano que tarde un escenario de paz y de libertad». «Ellos nos marcan el norte, son nuestros compañeros de lucha por la independencia y el socialismo», concluyó.
«La mentira de los mil días»
Con el mismo rictus de preocupación, pero en tono calmado, Arnaldo Otegi alertó de que «el proceso de solución será largo y duro. Ya lo sabíamos, y esta semana lo ha dejado bastante claro. No nos saldremos del carril, pero responderemos con contundencia y con dignidad», prometió.En el inicio de su intervención, el portavoz abertzale introdujo otra reflexión:«Se está hablando mucho de tres años sin muertes, pero eso es una enorme falsedad. La opresión contra Euskal Herria no ha cesado y es la izquierda abertzale quien pone los muertos sobre la mesa». Como testimonio, a su lado se sentaban el padre de Roberto Sáiz y la compañera de Igor Angulo.
«Hay que responder, hay que acabar con la dispersión, este pueblo se tiene que movilizar por el proceso», apostilló Arnaldo Otegi ante la convocatoria para el próximo jueves, de la que sólo detallaron que consistirá en movilización y huelga.
BILBO
Familiares de los dos presos políticos vascos muertos en la cárcel en sólo cuatro días quisieron acompañar a la izquierda abertzale en esta comparecencia pública. Y es que, según explicó Idoia Muruaga compañera de Igor Angulo con palabras de indignación y de dolor, «hace falta tener poca vergüenza para salir en televisión diciendo que hemos sido manipulados». El consejero de Interior de Lakua, Javier Balza, había tratado de presentar la prohibición de los actos de despedida como un intento de proteger a la familia de una supuesta «manipulación política» que Muruaga negó tajantemente, casi entre lágrimas de rabia:«Estos días sólo hemos sentido amparo y amor. Amor, amor, amparo y amor explicó. Pero yo todavía no he recibido las condolencias del Gobierno Vasco. Por lo visto, yo no soy víctima, Igor y Roberto no tienen familiares», reprochó. Avisó también de que «como ha dicho Otegi, no nos vamos a parar. Vamos a conseguir que en Euskal Herria se viva en paz y en libertad».