Este año han sido muchas las familias de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa que no han podido matricular a sus hijas e hijos en las ikastolas. Y nos duele. Si hay algo que nos duele es precisamente tener que decir «no» a las familias que quieren entrar a formar parte de nuestros centros.
No se nos va de la mente ese poso, aunque por lo demás el balance de resultados de lo que ha sido la campaña oficial de prematri- culación fijada por la Administración educativa en esta comunidad autonómica ha sido excelente para nosotros. En lo que afecta al resto del territorio de Euskal Herria, ámbito de extensión de las ikastolas, en Nafarroa aún no se ha establecido la fecha para dicha campaña. Y en Iparralde los plazos de inscripción de alumnos funcionan de otra manera, abarcan todo el año.
En la mayoría de nuestros centros se repiten hoy situaciones que recuerdan a la segunda mitad de los setenta y toda la década de los ochenta. Fue la época de crecimiento de las ikastolas. El cartelito de «no hay más plazas» vuelve ahora a hacer su aparición. Y lo lamentamos. Queremos pedir disculpas a todas y todos los que se han acercado a nuestras oficinas y, muy en contra de nuestra voluntad, nos hemos visto forzados a decir que no.
Hace tiempo que venimos reclamando a la Administración educativa más aulas concertadas. Superados los primeros años de desorientación que siguieron a la publificación de muchos de los centros que junto con nosotros conformaron el movimiento de las ikastolas de entonces, las aguas han vuelto a su cauce. El impasse fue sólo pasajero. Por mucho que las circunstancias hubieran cambiado, y lo hicieron ciertamente, nuevas generaciones de familias vascas se han venido sumando a la opción por las ikastolas de hoy, ya en los inicios del siglo XXI. Nuestro compromiso con el país y nuestra apuesta por la calidad educativa siguen haciendo mella en la sociedad vasca.
La tendencia al crecimiento de la matriculación en nuestras aulas se ha venido manifestando regularmente desde el año 95. Hoy, cuando a dicha tendencia de crecimiento hay que agregarle el efecto de la subida demográfica, que se mantendrá durante unos años, el resultado ha sido determinante. En nuestras aulas ya no caben más alumnos.
Veamos qué dicen los datos. Vamos a tomar como referencia la prematriculación del alumnado de tres años. En primer lugar, los de éste son los mejores datos que hemos tenido en las ikastolas en los once últimos años. En el cómputo total de los tres herrialdes hemos sobrepasado holgadamente la barrera de los 2.500 inscritos. Estamos en 2.689, lo que representa ya un 13,90 por ciento del conjunto del sistema educativo en esa edad. En la dimensión del movimiento de ikastolas posterior a la promulgación de la Ley de la Escuela Pública Vasca, en 1993, nunca se había llegado a rozar el 14 por ciento como ahora.
Los datos, por otra parte, son particularmente alentadores en Araba por partida doble. En diez años, desde el 97 hasta hoy, el crecimiento de la matriculación en las ikastolas de Araba ha sido de un 50%. Del pasado año a éste el alumnado matriculado, siempre en la edad de tres años, ha aumentado un 24,19%. Con respecto al conjunto del sistema en esa edad y en los años citados no había logrado el ocho por ciento. Este año se ha alcanzado el 8,51%. Enhorabuena, pues, al movimiento de ikastolas de Araba.
En Gipuzkoa, donde las ikastolas representan el mayor porcentaje respecto del conjunto del sistema, con un 22,02% en las cifras actuales de prematriculación, el crecimiento en diez años ha sido de un 32,62%. Del pasado año a éste el aumento ha sido de un 5,38%.
Es en Bizkaia, sin embargo, donde se materializa más nítidamente el paradigma actual de las ikastolas. En un año la prematriculación allí ha crecido un 9,60%, y en diez años un 27,97%. Representan un 9,93% del conjunto del sistema. Pero de las 19 ikastolas del herrialde en 14 están ya al tope de la capacidad de escolarización en esta edad.
Son cada vez más las ikastolas con crecimiento cero en la matriculación, porque no disponen de más plazas. Con las cifras de este año, en el que viene un 66% de nuestros centros estaría en esa situación.
En otras palabras, crecemos sí, pero nuestra capacidad de oferta de plazas está por debajo del crecimiento de la demanda, generada en parte por el aumento demográfico en esa franja de población. En el 2001 el número de nacimientos registra- dos en la CAPV fueron 14.959. En el 2003, que son los ahora matriculados, nacieron 19.240. Es decir, el diferencial en tres años representa un 28,61% más.
¿Debemos permanecer impasibles ante este fenómeno? El sistema educativo desde luego falla, para el caso de las ikastolas, porque no garantiza el derecho de las familias a elegir el centro de su opción para sus hijas e hijos. Pero es que, además, ¿se puede un país como el nuestro, legítimamente empeñado en su emancipación desde sus señas propias de identidad, permitir que se imponga el númerus clausus precisamente en las ikastolas?
Está clara cuál es nuestra respuesta. Hablando de emancipación, no somos de los que se conforman con reclamar lo que consideramos justo. Iremos poniendo todos los medios a nuestro alcance para no tener que decir «no» a nadie que quiera acceder a nuestras aulas. Esperamos encontrar la implicación necesaria de la Administración en la resolución de ese problema, que también es el suyo.
Entretanto, no quiero dejar pasar la ocasión para agradecer a miles de familias la confianza depositada en las ikastolas y reiterar nuestro compromiso por no defraudarles. Ellas han entendido seguramente, por citar aspectos de controversia en la actualidad, que el de las ikastolas es anterior a los modelos lingüísticos hoy puestos de tela de juicio y objeto de conflicto, o que el currículo propio no es cuestión de litigio entre nosotros, sino una realidad asumida como reto diario, sin perjuicio de la mejora siempre necesaria. En cuanto a nuestro indudable compromiso con la calidad, espero que antes de la finalización de este curso estaremos en situación de anunciar otra importante y novedosa aportación.
Quiero decirles a todas ellas que forman parte ya de una gran familia escolar, una comunidad educativa de importante dimensión. Somos más de cien centros repartidos por todo el país, 46.000 alumnas y alumnos, así como un cuerpo docente integrado por 4.650 irakasles y andereños. Y vamos a más. Nuestra más sincera bienvenida a todos los que han llegado y nuestras más sentidas disculpas a quienes se han quedado en puertas. Haremos más sitio para ocasiones venideras. Prometido. -