WASHINGTON
El Gobierno de Estados Unidos ha ordenado la apertura de investigaciones sobre las recientes filtraciones a los medios de comunicación de información confidencial de los servicios de espionaje de este país.
Según informó ayer el diario “The Washington Post”, estas pesquisas pretenden desalentar a los funcionarios para que no filtren datos secretos a los periodistas. El rotativo señala que en las últimas semanas la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) ha entrevistado a docenas de empleados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y de otras entidades secretas.
El diario señala que, para proteger los secretos del país, el Departamento de Justicia ha prohibido a sus empleados, a los del FBI, la CIA y de otras entidades discutir los planes de la NSA. El “Post” agregó que un portavoz de la Casa Blanca le dijo que el Gobierno tiene la necesidad de proteger la información confidencial del país, como parte de la lucha contra el «terrorismo». Pero muchos están convencidos de la verdadera pretensión de Bush es parar la ola de escándalos destapados por los medios de comunicación gracias a filtraciones de información comprometida.
Como resultado de filtraciones se alertó de la supuesta existencia de cárceles clandestinas de la CIA en Europa. También se reveló el programa de escuchas telefónicas sin orden judicial a ciudadanos de EEUU.
Como consecuencia de las filtraciones, varios periodistas estadounidenses han sido obligados judicialmente a revelar sus fuentes, como en el caso de la filtración de la identidad de la ex agente de la CIA Valerie Plame.