Tras el trágico incendio que se cobró cuatro vidas en una pensión bilbaina, en la noche del viernes al sábado, ayer afloraron las denuncias sobre la situación de muchos pisos y pensiones que albergan a personas en situación de exclusión social, y que este trágico suceso ha puesto más al descubierto. «De todos los sitios donde podía ocurrir, ha pasado en el más legal de todos», se lamentaba un vecino de San Francisco.

Pero fue también el día después para la asociación La Posada de los Abrazos, que gestionaba esta pensión de asistencia social. Ayer, las reuniones se sucedieron y de éstas salieron algunas conclusiones, la primera, que esta semana se convocará una manifestación por el barrio y un paro simbólico con los que se quiere homenajear a los cuatro fallecidos y al mismo tiempo denunciar la exclusión social. Falta por decidir aún el día en que se llevará a cabo, a espera de recabar el apoyo de otros colectivos de la zona.

Otra de las decisiones es que la asociación seguirá adelante con su proyecto de ofrecer un techo a los que no lo tienen. El primer piso del mismo inmueble afectado es propiedad de la ONG, aunque no es seguro que pueda ser reconvertido. Una alternativa que ya se venía barajando antes del siniestro es «sacar» a estas personas a pisos situados en otros lugares de la ciudad y no concentrar este tipo de alojamiento en esta zona de Bilbo. En cualquier caso, será imprescindible el respaldo de las administraciones.

En el momento del incendio pernoctaban 13 de las 17 personas que se alojaban en la pensión. Lo más inmediato ahora, según expresaron ayer desde la asociación, es dónde realojar a estas personas. De momento, lo hacen en el albergue municipal y hoteles, pero la asociación es consciente de que «para estas personas es difícil habituarse a unas normas diferentes a las que estaban acostumbrados».

Los integrantes de la asociación La Posada de los Abrazos y quienes les apoyan también analizaron ayer cómo se ha tratado el trágico suceso en los medios de comunicación.

«En un primer momento se escucharon cosas muy fuertes, inciertas, se hablaba de que aquello era como lo de París, pero finalmente hemos visto que se ha tratado bien y se han dejado las cosas claras», afirmaron a este diario.

Lo que no les impedía negar que en ese mismo bloque y en otros muchos pisos de la calle se alquilan viviendas en situaciones muy precarias, rayando en lo ilegal, en las que se hacinan muchas más personas que capacidad tienen esas viviendas. «El Ayuntamiento lo sabe, sabe cuáles son, pero no se hace nada, seguramente porque el problema sería entonces qué hacer con toda esa gente que se quedaría en la calle», se quejaban ayer.

Los fallecidos eran originarios de Galicia, Gasteiz, Portugalete y Hernani. Tres residían en la pensión y otro en un inmueble vecino. En el caso de los tres que vivían en la pensión, la familia se ha hecho cargo de uno de ellos y la asociación se encargará de los sepelios de los otros dos.