Harguindey critica con su novela los totalitarismos
El cuarto centenario de la publicación del Quijote ha servido a Salvador Harguindey para purgar penas y desatar su visión sobre los totalitarismos y la religión. Para ello el médico, piloto y escritor parte de la posguerra e incluye en la historia narrativa a personajes tan dispares como el Niño Jesús, Don Quijote o Franco.
GASTEIZ
Con motivo del IV centenario de la publicación del Quijote de Cervantes muchos han sido los libros, artículos o relatos que han tenido como protagonista al hidalgo de la Mancha. En su última novela, «El hijo de Don Quijote», también Salvador Harguindey toma como punto de partida la figura del demente caballero. A Salvador escudarse en Don Quijote le ha servido para «sacar lo que llevaba dentro desde hacía muchos años. Después de siete días sin poder dormir vomité el libro durante 72 horas en trece cintas», apunta. El argumento de la novela es anacrónico, ya que el hilo conductor parte de tiempos de la posguerra y en ese contexto se dan cita personajes históricos como Franco y el Niño Jesús, y hasta un primogénito de Don Quijote. «Se trata de metaliteratura explica Harguindey. Hoy en día buscamos soluciones a todo y decidí remontarme al nacimiento, es decir a cómo se desarrolla la vida hacia adelante a partir de ese momento».
Metaliteratura
Don Quijote renace para tener un hijo con Dulcinea, recién acabada la Guerra del 36. Pero no es el único bebé de la historia, ya que pronto el hijo del hidalgo se topará con un hermano que es el Niño Jesús. Los dos niños terminarán bajo la custodia de un matrimonio real de los años 40, nada más y nada menos que Franco y Carmen Polo. «Es un libro contra la crueldad y contra todo tipo de totalitarismos subraya su autor Está planteado como un renacimiento espiritual y colectivo ante todas las barbaridades que la religión católica cometió durante el franquismo y eso incluye también los abusos sexuales que tuvimos en los colegios religiosos de Gasteiz cuando teníamos 6 años». Salvador Harguindey insiste en que “El hijo de Don Quijote” es «una crítica a una sociedad muy rígida, muy ignorante y muy primitiva» y añade que la novela «te llega a emocionar y hacerte reir a continuación en una misma página. Este libro, tal y como lo es ‘El Quijote’ de Cervantes, se puede leer de varias maneras. O bien te puede resultar muy cómico o muy trágico, todo depende de la lectura que haga cada persona o del ánimo con que lo haga», prosiguió el autor. Harguindey publicará en breve “La resurrección de Peter Pan” y “El vuelo de Peter Pan sobre New York”.
Ante la crueldad, letras
J.V.M.
GASTEIZ El argumento metaliterario de la novela de Harguindey puede provocar curiosidad por pretender entender la relación entre personajes tan dispares como Franco, el Niño Jesús o Don Quijote, pero sobre todo esboza una feroz crítica contra la religión y el régimen franquista. El índice de los capítulos da una idea de los temas que aborda en la novela, como por ejemplo, el catecismo, la primera comunión, la semana santa o la eucaristía. La dedicatoria de “El Hijo de Don Quijote” no pasa por alto las personas que murieron en los campos de concentración nazi. Harguindey dedica uno de los capítulos a un amigo suyo que murió en Matthausen.
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