BRUSELAS
La Presidencia austriaca de turno de la UE y la Comisión Europea (CE) pidieron ayer a los Veinticnco «un esfuerzo» para acercar sus posiciones y sacar adelante la directiva para la liberalización de los servicios en la Unión e insistieron en que «estamos en el momento político adecuado para lograrlo».
En una rueda de prensa en el marco del Consejo de Ministros de Competitividad, el ministro austriaco de Economía y Empleo, Martin Bartenstein, se mostró partidario de continuar trabajando sobre el acuerdo del Parlamento Europeo, que el mes pasado aprobó el texto con numerosas modificaciones y suprimió, entre otras cosas, el polémico principio del «país de origen». En virtud de esa cláusula, la prestación de servicios estaría regulada por la legislación del Estado donde esté radicado el prestador, lo que provocaría una competencia a la baja en las condiciones de trabajo.
Bartenstein reconoció que varios estados miembros pretenden reintroducir ese principio, aunque no precisó cuáles, y subrayó que ahora es el turno de la Comisión Europea de presentar una nueva propuesta, reflejando, en la medida de lo posible, el voto del Parlamento Europeo y las preocupaciones de los Veinticinco.
El comisario europeo de Industria, Gunter Verheugen, explicó que Bruselas presentará un nuevo texto a principios de abril está previsto que lo haga el día 4, tras analizar con mucha atención las cuestiones más conflictivas, como el alcance de la directiva y los servicios que deben quedar excluidos.
Según Verheugen, la Comisión sigue comprometida con la apertura y la liberalización y tiene por objetivo aprovechar al máximo el potencial del mercado interior.
El ministro austriaco insistió en que se trata de «una cuestión de ser práctico y no de ideología».