Sentado delante del televisor, atento a los informativos, es imposible no experimentar una sensación extraña, como si el mundo se hubiera convertido todo en látex y cartón piedra, como si todos los que se asoman a la pantalla no fueran más que muñecos de guiñol parodiando personajes y situaciones de la vida real.
Y uno ve al guiñol de George Bush jugando al criquet en Paquistán; al demócrata Vladimir Putin felicitando a Michelle Bachelet en el día de su toma de posesión al frente del Gobierno chileno; a José María Aznar diciendo que él no mandó dialogar a nadie con nadie, y que ahí están las hemerotecas para el que guste comprobarlo; al fiscal del Tribunal Penal Internacional de la Haya con cara de pocos amigos al comprobar que Slovodan Milosevic sale de prisión con los pies por delante; al mismo fiscal del mismo tribunal con cara de vaya marrón cuando el doctor Donald Uges confirma a la prensa haber hallado restos de substancias contraindicadas en el mismo cuerpo que vuelve a Serbia con los pies por delante; a George Bush jugando al criquet en Pakistán; a Dominique de Villepin afirmando solemnemente que el contrato basura que preparó para los jóvenes lo hizo en beneficio de la Nación; al árbitro Mejía Dávila cambiando por un penalti un gol olímpico; al director de un periódico mundial vomitando sobre un diálogo que hace ocho años enalteció en su mismo editorial; a Mejía Dávila anulando el gol de penalti; a Silvio Berlusconi jurando abstinencia al pueblo italiano; a unos patos muriendo de gripe; a la Real ganando un partido fuera de casa; a los medios de comunicación enloqueciendo por los patos muertos de gripe; a un juez de la Audiencia Nacional ejerciendo de fiscal; a un fiscal ejerciendo de juez...
En el informativo de mañana veremos a George Bush jugando al criquet; a un juez de la Audiencia Nacional interrogando al presidente general de la Pepsico por su relación con el grupo KAS naranja y con su alternativa limón; al director de un periódico madrileño anunciando que los atentados de las torres gemelas los organizó ETA a través de su agente en Al Qaeda, el vasco-francés Zacarías Moussaoui; a los interlocutores políticos reunidos en la cárcel en torno a la mesa de resolución del conflicto... Si esto no es un guiñol...
Pero lo peor es cuando uno se pregunta quién es el que maneja los muñecos. Y ni puñetera la gracia que tiene. -