Raimundo Fitero
Doscientos
Hay que entender el lenguaje televisivo y cuando se dice “directo”, se debe traducir por “falso directo”, que significa que se ha grabado en directo, sin cortes, pero que no se está emitiendo en vivo y en directo, como un partido de fútbol, una carrera de coches o una gala de entrega de premios. El capítulo número doscientos de “7 vidas” se grabó con público en directo, como es habitual en esta serie, pero no se cortó cuando hubo errores de guión, risas, morcillas u otros detalles que pudimos contemplar que, normalmente, el realizador no hubiera emitido, es decir que se hubieran rectificado y posteriormente montado si era preciso. Un número especial, con un sistema de grabación extraordinario, y un montón de emociones, reencuentros, situaciones paradójicas que llegaron como colofón alo que ya en los números anteriores parecía la tónica: recordar el pasado, seguir el rastro de la memoria y hasta de la nostalgia, situarse en un lugar impredecible, porque es obvio que si se produjera el desahucio de Sole de su piso, la serie terminaría, ya que Amparo Baró y Gonzalo de Castro son quienes mantienen el espíritu, el nivel, junto al Frutero y al personaje de Anabel Alonso. Al ver juntos, y hasta por separado, como fue el caso de Javier Cámara, a tantos de los actores y actrices que han pasado por esta serie no cabe nada más que confirmar el presagio: los buenos guiones requieren de buenos actores para convertirse en una buena serie televisiva. No cabe duda que todos los hijos de Sole han dado la talla, incluso el meloso Toni Cantó funcionó en el arranque, pero es que después el mencionado Cámara le dio el vuelo requerido, y Florentino Fernández redondeó una opción que los guionistas acabaron por anular dada la movilidad de contratación de estos artistas. Esperemos que después de este episodio, tome nuevo impulso, ahora colocada en el horario adecuado, pero quedó claro, que Carmen Machi, es una fiera, una grandísima y generosa actriz, y que si, por un casual, volviera, cosa improbable, subiría la serie porque ninguna de sus sustitutas da el nivel. Es más, la repetición de “Aída” da mejores resultados de audiencia que la bicentenaria. Por algo será. -
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