Zapatero elude pronunciarse en torno a las comparecencias
MADRID
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, eludió pronunciarse ayer sobre un posible encarcelamiento de Arnaldo Otegi, limitándose a comentar cuando fue cuestinado al respecto que «el fin de la violencia sólo tiene un camino, es el respeto a la ley. Sólo la legalidad y la democracia serán la llave que lleve al fin de la violencia, que desea la sociedad española y, por supuesto, por la que trabaja el Gobierno, como es su obligación».Más locuaz se mostró su ministro de Justicia. Al ser preguntado por el contenido de la rueda de prensa celebrada el domingo por las seis personas que han sido citadas por el juez Grande-Marlaska, JuanFernando López Aguilar manifestó que «ninguno de los sedicentes portavoces de una organización extinta, declarada ilegal por la justicia en ese país, es interlocutor de este Gobierno». Ante las numerosas voces que observan un «impulso político» detrás de actuaciones judiciales como ésta, el ministro reiteró que «la Justicia funciona con independencia», por lo que «pretender que cuando los tribunales toman decisiones están sirviendo instrucciones, directrices o inspiraciones de carácter político es una completa infamia, completamente fuera de lugar, la diga quien la diga, la propague quien la propague».
«Grotesco» para Rajoy
Desde el PP, Mariano Rajoy mostró su deseo de que el juez Grande-Marlaska «cumpla la ley» con quien a su juicio es «el líder de una organización terrorista, que está declarada ilegal por los tribunales españoles, que figura en la lista europea de organizaciones terroristas y que ha convocado una huelga general».Tras tachar de «grotesco» que se analicen las repercusiones políticas de un supuesto encarcelamiento del portavoz abertzale, subrayó que «lo importante es que el Gobierno vuelva a tener claro que el objetivo es derrotar a ETA y no negociar con ellos. Aquí no cabe hablar de proceso de paz, porque no hay guerra».
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