Los directivos de VWNavarra, ¡por fin!, han reconocido, por escrito, que los trabajadores de su factoría necesitan un grupo de fisioterapeutas para atender las secuelas que producen los ritmos de trabajo que imponen en sus cadenas de producción.
La multinacional alemana reconoce que los trabajadores de VW-Navarra tienen razones suficientes para oponerse al deterioro constante de sus condiciones de trabajo, que repercuten en su salud.
La presión mediática de directivos, Gobierno de Navarra, algún experto catedrático de la Universidad Pública de Navarra y recientemente los dirigentes de UGT, conjuntamente con «sabios» de fundaciones políticas subvencio- nadas, intentan el linchamiento de los trabajadores VW-Navarra, por oponerse a las pretensiones de la multinacional.
Jamás podremos olvidarnos de la descomunal campaña que padecemos, intentando aterrorizar, con des- pidos incluidos, a nuestras familias, con el fin de doblegarnos y consentir el atropello constante para que directivos, políticos y catedrá- ticos incrementen sus status sociales a costa del sufrimiento y desprestigio de los trabajadores.
Nos han condenado al fuego eterno y vislumbran un futuro aterrador para nosotros y nuestros hijos. Estos mismos que «ayer», después de tres convenios chantajeándonos con la nueva nave de pintura, celebraron con la txaranga Ziripot y botella de vino el futuro de Navarra y de su economía, porque alguien firmó, sin referéndum, un acuerdo para destruir empleo fijo subvencionado y la rebaja del sueldo en un 10%, debiendo treinta días a la empresa.
El presidente sr. Sanz puede estar orgulloso de su esperpento de mediación, después de quince meses de negociación. Seguramente seguirá subvencionando con dinero público cadenas de montaje con nueva tecnología, que no funcionan, y fichará para su gobierno y su partido a directivos de VW-Navarra que se vayan jubilando; a la vez jaleará a su guardia pretoriana para que ni a taxistas ni a trabajadores de VW-Navarra o de cualquier otra empresa se les ocurra llevar sus reivindicaciones laborales delante de su parlamento.
Como a una obra de arte, un directivo de VW con nombre de santo converso piropeaba a los coches Polo que salían de la cadena con gran entusiasmo, y exclamaba: «¡precioso!, ¡qué maravilla!, ¡qué bien lo hacemos!». No pude más y le dije: «¿Y por qué nos lo pagáis con tantas amenazas? ¿Dónde está el sentido común?».
Hoy, a estos directivos ya no les basta con amenazas, ahora despiden a los que más enferman, como si ellos y sus familias no tuvieran derecho a comer y todo porque no aceptamos sus medidas de ahorro de abaratar los días festivos, para luego mandarnos a casa los días laborables. Estos nuevos prohombres de sueldos infinitos nos «regalan» unos euros en el convenio y, por otro lado, nos los quitan con sus medidas de ahorro.
Estoy orgulloso de la actitud de firmeza demostrada por todos los trabajadores de VW-Navarra ante directivos, políticos, medios de comunicación y expertos que arropan los intereses inconfesables de la multinacional VW. -