CADIZ 2
REAL SOCIEDAD 2
DONOSTIA
Un penalti inexistente transformado por Lucas Lobos en el tiempo añadido evitó que la Real obtuviera ayer el triunfo que prácticamente le garantizaba la permanencia en Primera y le condena a sufrir por lo menos cuatro días más como en buena parte de la temporada. Es cierto que el Cádiz tuvo ocasiones suficientes para no perder e incluso para ganar, que pareció penalti una entrada de Garrido a Enrique en el primer tiempo, pero también se pudo sancionar otro cometido sobre Xabi Prieto y la manera de impartir justicia de un arbitraje no pasa por favorecer con una pena máxima inexistente al que teóricamente no ha hecho méritos para perder. Entre otras cosas porque si el Cádiz sólo había marcado tras un fallo clamoroso colectivo de un equipo que perdió la concentración en un saque de banda, es porque no tiene la calidad suficiente para estar en Primera.
Y la Real, aunque no jugó bien, demostró tenerla en los dos goles y por eso debió ganar si no se registra una acción que no se puede considerar como un error. El asistente no pudo ver mano en la acción de Cifu porque el balón golpea claramente en el pecho y para levantar la bandera hay que estar seguro. Señaló penalti porque no tenía la conciencia tranquila después de haber acertado en la jugada anterior al sancionar un fuera de juego de Enrique en una jugada que acabó en gol de Jonathan Sesma. Esa decisión empañó un buen arbitraje de Esquinas Torres en la que podía ser su despedida y obliga a la Real a sumar un triunfo en los dos partidos que quedan para no depender de unos resultados de sus rivales que ayer no le beneficiaron en casi nada.
Un partido sorprendente
El partido hasta esa jugada decisiva resultó muy sorprendente. Para empezar Bakero cambió radicalmente su línea de actuación a domicilio. Sólo se esperaba la entrada de Cifu en lugar de Aitor y retiró del once a sus tres fichajes Novo, Stevanovic y Skoubo para apostar por jugadores más defensivos.
Sin embargo, la Real defendió mal en el primer tiempo perjudicada por el tempranero gol de Xabi Prieto en una acción, junto a un remate con la izquierda de Mikel Alonso, que fue lo poco que hicieron bien en ataque en todo el primer tiempo los de Bakero. Al Cádiz sólo le valía el triunfo y tras verse por detrás desde el inicio se lo jugó a la carta del ataque con dos laterales convertidos en extremos. El derecho, Vella, obligó a Alberto a dos grandes intervenciones en una nueva demostración del irundarra de que siempre responde cuando le toca jugar. Ayer lo hizo por la conmoción sufrida por Riesgo tras un encontronazo con Cifu. El izquierdo, Varela, falló en el primer tiempo un remate claro desde dentro del área.
Su presencia siempre a esa altura del terreno no fue respondida como debía con un trabajo defensivo mayor de Mark González y Xabi Prieto. Garitano y Viafara se metían en la línea de defensas para compensar esa desigualdad numérica y eso destrozaba al equipo, que no podía presionar ni salir con el balón jugado porque Mikel Alonso era el único que estaba en el centro del campo. Por eso todo el primer tiempo fue un monólogo del Cádiz, que tuvo el 64% de posesión de balón y lanzó trece corners y un buen número de faltas laterales en las que quedó en evidencia su falta de calidad en el remate.
Mucho mejor comenzó la Real en el segundo tiempo. Hizo lo que debía hacer en el primero. Con los dos pivotes más adelantados, aprovechó los espacios que dejaba en el centro y en defensa el Cádiz para mover el balón con tranquilidad y crear ocasiones. Hasta cuatro remates con peligro tuvo la Real en los diez primeros minutos y de ellos el de Garitano valió para ampliar la ventaja.
Parecía que el Cádiz bajaba los brazos, no inquietaba como en el primer tiempo, y la Real cometió el error de pensar que el partido estaba ganado al irse de él en esa jugada que permitió a Estoyanoff meter en él a su equipo. A partir de ahí el juego entró en la dinámica peligrosa del primer tiempo, el Cádiz agobiaba en un área en el que reiteraba su nulidad rematadora, pero el asistente de Esquinas Torres permitió a Lucas Lobos rematar desde donde era más difícil fallar.
Se jugaron cuatro minutos más y en ellos la Real no quiso perder el punto que valía para que el Cádiz ya no le pueda superar. Pero una cosa es no arriesgar y otra desperdiciar dos corners en los que no subieron a rematar Garitano y ningún central. Una cosa es que suban dos de los tres y que vayan al remate sólo cuatro jugadores, pero que se renunciara a rematarlos fue un error porque eran dos buenas oportunidades para lograr el triunfo que faltaba sin asumir riesgos.
CADIZ
Bakero rompió ayer su línea de no hablar de los arbitrajes al señalar que «lo he visto perfectamente y toca el balón con el pecho. El arbitraje era bueno hasta entonces y es un error del linier. No puedo entender cómo ha visto mano en esa jugada, pero es lo que hay y no pierdo un minuto más en hablar del árbitro».
Añadía que «hablamos de que hasta la última jornada se va a sufrir. Estamos preparados. Con el 1-2 hasta el último momento lo tuvimos en la mano, pero hemos sacado un punto en un campo dificilísimo, el equipo ha sufrido hasta el último minuto con más o menos acierto y no tengo ninguna queja».
En su análisis del partido dijo que «sabíamos que iba a ser duro porque era la última oportunidad del Cádiz. Empezamos muy bien con un gol que ha hecho que ellos hayan jugado a la desesperada con muchos jugadores en ataque y nos han desconcertado. Hemos estado sin meternos en el partido y sin aprovechar los espacios que teníamos».
«En la segunda parte comenzamos más tranquilos, marcamos el segundo gol y nos ha faltado sentenciar el partido porque han atacado a la desesperada. Es verdad que han tenido ocasiones, más en la primera parte, pero no aprovechamos los espacios y al final empatamos y el domingo hay otra final ante el Celta. Así es la lucha por seguir en Primera: dura y difícil».
Sobre el cambio de Riesgo dijo que «no se acordaba de la acción y por precaución le cambiamos. En estos golpes crees que estás bien y te provocan situaciones graves y le cambiamos por su seguridad. Le iban a dar unos puntos y no parece importante».