Bolivia nacionaliza sus hidrocarburos
Los gobiernos español y brasileño suavizan el tono catastrófico de las petroleras
Los presidentes español y brasileño se mostraron ayer conciliadores con la decisión del Gobierno boliviano de recuperar el control sobre sus hidrocarburos. Anteriormente, tanto la multinacional hispano-argentina Repsol YPF como la estatal brasileña Petrobras habían lanzado duras críticas acerca de la decisión de Evo Morales de nacionalizar del gas y el petróleo boliviano. El presidente español José Luis Rodríguez Zapatero calificó la situación de «problema puntual», mientras que su homólogo brasileño, Lula, negó que hubiera crisis alguna entre Brasil y Bolivia. Ambos optaron por el diálogo.
DONOSTIA
Los pronósticos apocalípticos que se sucedieron a las pocas horas de hacerse público el decreto del Gobierno boliviano sobre la nacionalización de los hidrocarburos iban dejando paso ayer a reacciones más medidas y cautelosas. El gobierno brasileño y el español, ambos sede de las petroleras más afectadas por el decreto, reaccionaron con bastante diplomacia.El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, calificó la polémica de «problema puntual» que espera resolver mediante el diálogo. Lo primero será escuchar al Gobierno de Bolivia y ver «su posición de oferta con las empresas». El ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, ya se había comunicado telefónicamente con Evo Morales. Además, una delegación española se dispone a viajar a Bolivia. Zapatero descartó, asimismo, que se vayan a adoptar represalias contra Bolivia, en referencia a la ayuda al desarrollo que el Estado español otorga a este país sudamericano. «El pueblo boliviano va a tener siempre a España a su lado más allá del conflicto puntual», señaló. Además, el presidente español reconoció que la nacionalización estaba en «el programa electoral» y que, por tanto, era consciente de ello. La multinacional hispano-argentina Repsol YPF había tachado de «injusto» el decreto. Por otra parte, Zapatero confirmó que mantuvo una conversación con su homólogo venezolano, Hugo Chávez, en la que, entre otros temas, hablaron sobre Bolivia. En la misma línea se pronunció el Gobierno de Brasil, mucho más perjudicado por la nacionalización, porque más de la mitad del gas que consume este gigante americano proviene de Bolivia. Además, Petrobras es un consorcio de propiedad estatal, lo que no ocurre en el caso de Repsol YPF, que es privada, así que las pérdidas de Petrobaras repercuten directamente en las arcas brasileñas. Aun así, el presidente brasileño Luis Inázio Lula Da Silva declaró ayer que «no hay una crisis entre Brasil y Bolivia», y reconoció que en el país vecino ocurre «un ajuste necesario de un pueblo sufrido, que tiene derecho a reivindicar la que es su mayor riqueza». Lula rebajó así las declaraciones de Sergio Gabrielli, presidente de Petrobras, quien dijo ayer que no aceptará un aumento del precio del gas y amenazó con recurrir a los tribunales internacionales. Además, anunció que ha cancelado sus planes para elevar las importaciones de gas boliviano.
Lula-Morales, en Foz de Iguazú Precisamente, el presidente boliviano se reunirá hoy con Lula en Foz de Iguazú (Brasil) para negociar el impacto de la nacionalización en el precio del gas natural vendido a Brasil. En este encuentro también participarán el presidente de Argentina, Néstor Kirchner, y Chávez. En cualquier caso, la voluntad de Morales es de seguir abasteciendo a su vecino Brasil.
Pero antes de ir a Brasil, Morales recibió ayer a Chávez en La Paz. El presidente venezolano viajó ayer a Bolivia para analizar las consecuencias que traerá la nacionalización.
Auditorías, la clave para negociar los nuevos contratos
Cuatro equipos técnicos bolivianos, asesorados por Noruega, iniciarán auditorías a las petroleras que operan en el país para determinar si estas empresas invirtieron los 3.500 millones de dólares que aseguran, cómo calcularon sus ganancias para la tributación y a quién le compraron los equipos, según explicó el ministro de Hidrocarburos, Andres Soliz Rada. Se espera que dentro de dos meses estén listos los resultados, que serán vitales para la negociación de los nuevos contratos. -
Morales y Lula, ambos interesados en renegociar
DONOSTIA En la reunión de hoy en Foz de Iguazú, Bolivia parte, en principio, con ventaja. Brasil puede presumir de ser autosuficiente en petróleo, pero en el suministro de gas natural, por el contrario, depende en gran medida de su vecino andino. Y, lo peor, no tiene alternativa. Petrobras controlaba hasta ahora los dos yacimientos más productivos y las únicas refinerías de Bolivia. Los expertos calculan que, debido a la subida de impuestos que conllevará la nacionalización, el precio del gas que compra Brasil podría aumentar entre el 10 y el 15%, lo que tendría consecuencias perjudiciales para la industria, la mayor consumidora de gas natural. Pero también a Bolivia le conviene mantener a su mejor cliente, puesto que, por ahora, el consorcio estatal YPFB no tiene medios técnicos para sobrevivir sola.
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