Quitar las cadenas al proceso democrático
La ciudadanía vasca se moviliza estos días compartiendo, en encarteladas y ayunos, la dramatica cuenta atrás del do- nostiarra Iñaki de Juana Chaos, que hoy cumple 61 días de huelga de hambre en denuncia de la pretensión del Estado español de endosarle una condena de 96 años por la publicación de dos artículos en GARA. Todo con tal de evitar que salga, siquiera con dos años de retraso, en libertad. Son ya 19 los nombres que engrosan la lista de personas a las que se aplica una doctrina judicial construida ad hoc para imponer la cadena perpetua a los presos políticos vascos. En manifiesta contradición con la propia ley española y francesa, la política de castigo añadido a los presos y a sus familiares, lejos de haberse atemperado, se muestra hoy con especial crudeza. ¿Es posible mantener las cosas como están mucho más tiempo sin que el proceso político se resienta? En un momento como el actual, en el que están en juego tantas cosas, sería poco sensato plantear hórdagos o trágalas, pero ello no implica consentir indefinidamente en el abuso. La movilización es vital para hacer sentir a los estados que la defensa de los derechos de los presos es parte fundamental dentro del firme compromiso de esta sociedad con un proceso democrático. -
Dinero más caro por nuestro bien
El Banco Central Europeo, ente sobre el que la ciudadanía europea con cuyos bolsillos juega carece de capacidad de control democrático, decidió ayer volver a encarecer el dinero. Dice que es para dar estabilidad a los precios y, sorprendentemente, hasta CCOO aplaude la decisión porque la economía está «recalentada» y sufre un «gravísimo endeudamiento familiar». O sea, que para que en el futuro nuevas familias no se endeuden las ya endeudadas tendrán que pagar más. Curioso modo de ejercer la prevención. Lo cierto es que los grandes movimientos macroeconómicos que en realidad son abstracciones basadas en convenciones tramposas se hacen mirando cifras y estadísticas sin pensar en las personas, porque quienes toman las decisiones ni tienen ni tendrán apuros para llegar a fin de mes. -
La política de imposición no deja espacio alguno al debate
La Diputación de Gipuzkoa, escudándose en informes técnicos pagados con las arcas forales, ha dado un paso más para imponer una incineradora en Altos de Zubieta, y el alcalde de Donostia ya ha dicho que no tiene más remedio que acatar una decisión que no comparte. En esta enredada polémica en torno a la implantación de una incineradora en Gipuzkoa resulta ya evidente que Diputación quiere a toda costa una incineradora, y la quiere en Altos de Zubieta. Y para llevar a término esta imposición, niega espacio al debate, a pesar de la oposición de gran parte de la ciudadanía afectada y de la existencia de informes técnicos que cuestionan su idoneidad. -
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