SOS Racismo documenta 379 «devoluciones irregulares»
DONOSTIA-MADRID
La Federación de Asociaciones SOS Racismo ha documentado violaciones de los derechos humanos de un total de 379 inmigrantes subsaharianos que en el año 2005 intentaron cruzar sin papeles la zona fronteriza de Ceuta y Melilla, cometidas por oficiales argelinos, marroquíes y españoles.Javier Ramírez, portavoz en Madrid de la ONG, explicó que han documentado estas violaciones a los derechos humanos a través de entrevistas realizadas a los propios inmigrantes subsaharianos. Agregó que las autoridades españolas «han negado» estas violaciones a los derechos, y que las marroquíes «se han limitado a callar». SOS Racismo denuncia que las devoluciones de los extranjeros interceptados por las fuerzas de seguridad se realizan «sin el respaldo de algún instrumento legal, abriendo las puertas de la valla fronteriza, de noche y con numerosos testimonios de malos tratos e insultos racistas».
Gerdarmes y guardias
Además, dichas devoluciones se realizan a las autoridades marroquíes, «previo pago no reconocido y en connivencia con ellas, quienes también suelen someter a los extranjeros a maltratos. En estas irregularidades, por parte de Marruecos participa la Gendarmería, y por parte española, la Guardia Civil, cuerpo cuasimilitar, que en principio sólo es competente para ocuparse del control fronterizo de mercancías, pero que al ser quien vigila la valla, es quien intercepta a los inmigrantes tratando de cruzar». La actuación de las fuerzas de seguridad marroquíes cuando los inmigrantes les «son devueltos» también es denunciada. «Los abandonan en la frontera con Argelia, mayoritariamente en la ciudad de Oujda, tras un juicio sin intérprete y sin información alguna. Estas devoluciones se hacen con habituales malos tratos y no generan consecuencia alguna, salvo que las personas afectadas vuelven a la frontera española, la mayoría de las veces andando durante varios días». SOS Racismo añade que «hoy día esta realidad se ha intensificado, ya que los gobiernos español y marroquí han reforzado su colaboración, no declarada ni pública en muchas ocasiones, a cambio de inversiones económicas y otros compromisos políticos públicos. Un intercambio en el que tiene una gran influencia también la Unión Europea, preocupada por que la llegada de estas personas sea una entrada a todo el espacio europeo».
Sortear a la opinión pública
Estas políticas en el ámbito migratorio en la Unión Europea «plantean un reto a la vigencia y eficacia de los derechos humanos». Además, la tendencia al cierre de fronteras y la creación de campos de retención en Mauritania y en Libia «tienden a agravar la situación. Se pretende trasladar las fronteras a países que no respetan los principios democráticos, como Marruecos, para evitar el control legal y visual por parte de los ciuda- danos europeos, entre ellos las organizaciones sociales».
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