BAGDAD
En plena campaña electoral a las elecciones de medio mandato en EEUU, el Ejército ocupante alimentó rumores sobre la muerte del supuesto líder de la sección de Al-Qaeda en Irak, información que tuvo que desmentir luego, aunque aseguró que «el cerco» en torno a él «se está cerrando».
La estratagema dio resultado y las agencias suministraron escasos datos sobre los ataques de ayer, aunque el mando estadounidense confirmó que la cifra de atentados y de coches-bomba en el Irak ocupado es mayor que nunca.
Poco antes de que se filtrara la desmentida muerte de Abu Hamza al-Mouhajer, el egipcio al-Masri, el mando estadounidense anunciaba la muerte de otros cuatro soldados, los que eleva a 22 las bajas militares mortales de EEUU en apenas cinco días.
Coincidiendo con esta anuncio, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, llegó en visita sorpresa a Bagdad dentro de su gira por Oriente Medio.
Rice llevaba un contundente mensaje en la cartera, relacionado con las dificultades de los líderes colaboracionistas en pergeñar un gobierno de concentración nacional. «Todo el mundo debe comprender que estamos ante problemas urgentes que hay que atajar de forma urgente», señaló a los periodistas que le acompañan en su periplo.