DONOSTIA

La trayectoria de el-Sadat, como la de Mubarak en aquellos años convulsos, estuvo marcada por la guerra de octubre de 1973 contra Israel. El primero ganó un enorme prestigio en el mundo árabe, mientras que el actual presidente fue considerado oficialmente como «héroe» de una contienda que, en unos pocos años, tendría una incidencia capital en el devenir del país y la reorientación de la política exterior egipcia, hasta lanzarse en brazos de EEUU tras expulsar del país a miles de asesores soviéticos.

Egipto, de la mano de el-Sadat ­sucedió a Nasser tras la muerte de este en 1970­, restablecía relaciones diplomáticas con EEUU apenas unos días despues de la guerra, el 7 de noviembre de 1973. El-Sadat se comprometía en la política que el entonces secretario de Estado estadounidense, Henry Kisinger, definía como de «pequeños pasos».

El camino diseñado por Washington tenía una única dirección, que llevó a el-Sadat a realizar una histórica visita a Jerusalén el 19 de noviembre de 1977. Sin embargo, el prestigio ganado en 1973 comenzó a disiparse, tanto en casa como en el mundo árabe.

Bajo la mediación del presidente Carter, el-Sadat y el primer ministro israelí, Menajem Begin, firmaban los Acuerdos de Camp David el 17 de setiembre de 1978. El 26 de marzo de 1979 se firmaba el tratado de paz ente Israel y Egipto.

El acuerdo, el primero firmado por un líder árabe, mostraba el camino a Jordania para que, en 1994, firmara con Israel un tratado similar.

Sin embargo, el-Sadat tuvo que enfrentarse a una dura oposición interna ­hoy en día Mubarak es criticado en el país por su alianza con Occidente­ y la condena y el boicot árabe.

Un grupo de militares egipcios vengaron la «traición» el 6 de octubre de 1981. El-Sadat asistía, rodeado de miembros del Gobierno y de la cúpula del Ejército, al desfile militar que conmemoraba el aniversario de la guerra de 1973, cuando hombres armados abrieron fuego contra la tribuna, matando a el-Sadat y a otras ocho personas.

Seis meses después, cinco personas acusadas del atentado fueron ejecutadas.

Mubarak heredó un país en plena ebullición y su principal tarea, incluso a día de hoy, es la estabilidad del país, por la supervivencia de un régimen mimado por EEUU por su crucial papel en Oriente Medio.

El prestigio del «héroe» de 1973 en estos 25 años ha caído en picado. Mubarak, al igual que su predecesor, dirige el país con mano de hierro, entre el creciente peso del islamismo y de los que piensan que «la solución está en el islam» y una galopante pobreza. Según el Banco Mundial el 49% de los 72 millones de egipcios viven con menos de dos dólares al día. Ahora, a sus 78 años, se enfrenta al problema de su sucesión. Su hijo Gamal espera.

La reciente guerra de Líbano y el enorme prestigio ganado por el líder de Hizbula, Hassan Nasrallah, ha hecho resurgir en Egipto la figura del histórico Nasser, cuya herencia ya había sido traicionada por el Sadat.

En opinión del investigador del centro de estudios de al-Ahram Amr Chubaki, «si Nasrallah se ha convertido en un héroe de la resistencia es porque Mubarak no puede ser un héroe de la paz. Egipto se encuentra huérfano de un gran hombre como Nasser».

El Cairo también tiene proyectos nucleares

EL CAIRO

Utilizando los mismos argumentos que Irán, pero sin hallar por parte de Occidente ninguna oposición, Egipto confirmó que estudia construir centrales nucleares.

Después de más de dos décadas de haber suspendido ese tipo de proyectos, así lo anunció el ministro de Electricidad, Hasan Yunes, en una entrevista publicada ayer por el semanario pro gubernamental “Al Musauar”.

Yunes declaró que «ya hemos concluido los estudios preliminares para la opción nuclear, y los definitivos comenzarán cuando se vea que el petróleo y el gas en Egipto sólo sean suficientes para varios años», añadió.

«Cuando nuestro programa atómico comience a generar electricidad, construiremos una, dos o tres plantas nucleares, ya que su construcción se convertirá en un proceso continuo que correrá paralelo al plan de desarrollo», aseguró.

El uso pacífico de la energía nuclear en Egipto fue planteado el mes pasado por Gamal, el hijo menor del presidente Hosni Mubarak, en un discurso que pronunció en el IV congreso anual del gobernante Partido Nacional Democrático (PND).

Según declaró ayer el embajador de EEUU en El Cairo, Francis Ricciardone, citado por la agencia oficial Mena, próximamente llegarán a Egipto expertos estadounidenses para asesorar a los técnicos egipcios.

Egipto firmó en 1968 el Tratado de No Proliferación nuclear (TNP).