El consumo de hortalizas frescas entre los vascos cae un 6% en cinco años
Las hortalizas frescas preferidas por los vascos al hacer la compra son la patata, el tomate y la lechuga; la que menos, los espárragos. Pero el consumo de estos productos lleva una tendencia descendente. Así lo refleja un estudio llevado a cabo por el profesor universitario José Ramón Mauleón, presentado hace unos días en unas jornadas alimentarias organizadas por Eusko Ikaskuntza. Una pérdida en el menú diario que tiene consecuencias en la salud.
GASTEIZ
Los expertos en nutrición recomiendan una ingesta diaria de dos raciones de hortalizas al día, al menos una cruda. Sin embargo, lo mismo que pasa con la fruta, es un hábito que no hemos asimilado aún, ni siquiera entre los más pequeños de la casa. Las estadísticas nos dicen que cada vez nuestros menús llevan menos hortalizas. El profesor de Sociología de la UPV-EHU, José Ramón Mauleón, presentó en las recientes jornadas sobre Antropología de la Alimentación, organizadas por Eusko Ikaskuntza, un estudio sobre ‘‘Hábitos de compra de las hortalizas en el País Vasco’’. El resultado es que, como se podía presagiar, la ingesta va en descenso.En base a este análisis del consumo durante el año pasado, el consumo de hortalizas en los hogares de la CAV asciende a unos 89 kilos por habitante, correspondiendo en su mayor parte a las hortalizas frescas, unos 73 kilos. El consumo de hortalizas frescas es bajo, tanto que se sitúa por debajo de la media del Estado español, que alcanza casi los 81 kilos, y con una evolución reciente descendente, pues en el año 2001 se consumían 78 kilos. El menor consumo de hortalizas frescas no está compensado por un mayor consumo de hortalizas transformadas. De hecho, el consumo de este tipo de hortalizas también es inferior con respecto a la media estatal. A juicio del autor del informe, «se trata de un resultado preocupante desde el punto de vista nutricional y de la salud pública y que debe ser corregido con una mayor implicación de las instituciones públicas».
Hortalizas más caras aquí
Es cierto que, como reconoce, los precios de las hortalizas, tanto las frescas como las transformadas, son, en su mayoría, más caras en los comercios vascos que en el conjunto del Estado, caso de los ajos, los espárragos y los tomates. Sin embargo, se observa, como resalta este profesor, que al combinar el nivel de consumo de cada hortaliza con su precio de venta, se puede establecer una tipología de cuatro tipos de hortalizas más habituales entre los consumidores vascos. «Mediante esta tipología se observa, por ejemplo, que hay hortalizas como la zanahoria con un consumo alto por tener un precio inferior aquí, mientras que otras como champiñones y setas tienen un consumo mayor a pesar de tener un precio superior, porque se aprecian y forman parte de la cultura gastronómica de la sociedad vasca». En gasto, la compra de hortalizas supone un gasto económico para las familias de la CAV de unos 268 millones de euros anuales, lo que representa unos 126 euros per cápita (354 euros por familia). La mayor parte de esta cantidad corresponde a las hortalizas frescas, con un gasto por habitante de unos 96 euros. Unas cifras que, aun teniendo en cuenta que la venta va en descenso, suponen un «negocio elevado para el sector de la ‘pequeña distribución’, por ser donde se comercializa una parte importante de estos alimentos». Y es que el lugar de compra donde se adquieren las hortalizas varía en función del tipo que se adquiere. En general, esa tienda tradicional, plaza de abastos o mercadillo venden más hortalizas frescas que los súper e hipermercados. «Además de ser más baratas son, probablemente, de mejor calidad», indica. Las hortalizas son adquiridas principalmente en el pequeño comercio a excepción de las zanahorias, las cebollas, los ajos, los champiñones, las lechugas, y las patatas. Por el contrario, la hortaliza transformada se vende preferentemente en los súper. «En consecuencia apunta el profesor Mauleón, la decisión del consumidor de si consumirá hortalizas frescas o transformadas, y del tipo de hortaliza fresca que consumirá, influirá en el tipo de establecimiento al que acudirá a realizar sus compras». La hortaliza más importante por la que se decanta el consumidor vasco es la patata fresca, con 45.007 toneladas comercializadas. Entre las hortalizas transformadas, el producto más relevante es el tomate en conserva en sus distintas modalidades con 10.502 toneladas.
Baja el consumo en general del producto fresco y aumenta el del preparado
GASTEIZ Los rápidos cambios en los hábitos de vida comidas fuera de casa y sustitución por dulces y postres lácteos y la pérdida de sabor de los productos están detrás de la bajada sostenida del consumo de hortalizas y frutas en el Estado español, que es quien, por otro lado, lidera la ingesta de estos productos en la Unión Europea. Esta tendencia se observa desde 1987. Menores, familias menores de 35 años y jóvenes que se independizan y viven solos prácticamente no toman estos productos Así lo puso de manifiesto la Asociación Española de Codificación Comercial en su último congreso celebrado en junio pasado. Cada ciudadano del Estado comió el año pasado una media de 264 kilos de frutas y 225 de hortalizas, frente a los 271 y 230 de 2004. Los expertos coincidían en que en un 68% de los casos de ese descenso en el consumo de hortalizas se identifica el problema de la pérdida de sabor del producto como el principal a corregir, porque a menudo se encuentran los consumidores con alimentos insípidos o que no cumplen, al comer, las expectativas de satisfacción que se habían generado a través de su aspecto externo. Llama la atención, por contra, que las ventas de frutas y hortalizas llamadas de IV Gama, es decir, aquellas preparadas para su consumo, crecieron en un 18,2% entre enero y mayo de 2006 en relación al mismo periodo del año pasado, según datos de la Asociación de Frutas y Hortalizas Lavadas Listas para su Empleo. Un aumento que se centra, sobre todo, en el subsector de hortalizas.
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