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Gara > Idatzia > Euskal Herria 2006-10-22
«La parte vasca debe acordar que unos no vuelven a las armas ni el PNV a la noria de la autonomía»

La actualidad de la semana, con la presentación de candidatos por parte del PNV y el apoyo al presupuesto del Gobierno de Rodríguez Zapatero con requerimiento de reciprocidad en Gasteiz, lleva a poner sobre la mesa el capítulo de alianzas políticas e institucionales. Joseba Egibar huye de apriorismos, pero tiene claro que dependerán de los resultados y de los objetivos estratégicos de cada formación. Por ejemplo, entiende que Nafarroa Bai puede tener un papel importante en el relevo de Miguel Sanz. También tiene claro que el objetivo del PSE es derribar al actual Gobierno de Lakua y puede utilizar las alianzas en los distintos territorios para que el Gobierno se resienta, «y nuestra obligación es impedirlo», concluye.

­¿Coaliciones entre PNV y PSE harían resentirse al Gobierno tripartito?

Depende sobre qué bases de gobernabilidad y qué acuerdos políticos. Yo participo de la reflexión que el lehendakari ha planteado tantas veces de que no podemos llegar a entendimientos institucionales estructurales con el PSE si no tenemos acuerdos de fondo. Eso sería pasar de la fase política en la que hemos estado hasta ahora a otra en la que primara la coalición para la gestión y por pura matemática parlamentaria. O hay acuerdo de fondo cerrado sobre reconocimiento del pueblo vasco y el derecho a decidir o no hay otros acuerdos coyunturales con el PSE, porque eso iría minando nuestra posición principal.

­¿Eso es doctrina del PNV?

Lo tenemos escrito.

­Pero se ve una línea de coincidencia. Por segundo año hay un acuerdo de apoyo a los presupuestos del Estado, probablemente habrá un acuerdo en los presupuestos de Lakua...

Yo veo ahí una base política. Para cada institución sus presupuestos son lo más importante y no es fácil sacarlos adelante. Lo que planteamos es un pacto de no-agresión: yo no impido que salgan tus presupuestos en el Estado y tú no los impidas aquí. ¿Que luego ha habido acuerdo sobre alguna enmienda?Eso que sumas.

­Josu Erkoreka hablaba también de dar estabilidad al Gobierno de Zapatero ante las dificultades del proceso. El PNV se está convirtiendo en un gran apoyo del Gobierno...

Sí, pero por detrás de Batasuna, que es quien más desea la estabilidad de Zapatero, porque entiende que lo que está en juego ­el proceso de paz y normalización­ tiene más valor que la acción puntual en una Cámara. Yo sí deseo ese factor de estabilidad a un gobierno que realmente tenga vocación de paz y de normalización. Porque si el PP dice, como hizo Acebes, que derogará todo lo que se apruebe, es evidente que la alternativa al Gobierno actual es la reedición de la política de Aznar.

­¿Y Zapatero se aprovecha de esa posición del PP para autolimitarse?

Es posible que lo utilice como excusa. Lo que ocurre es que Zapatero ha abordado este proceso sin tener el control de todos los resortes del Estado. Y por la costumbre de PP y PSOE de repartirse cargos, ahora vemos que el pilar de la Justicia no está por favorecer el proceso de paz, incluso hay acciones de sabotaje que cuestionan la fortaleza de Zapatero. El PP tiene muchas herramientas en el Poder Judicial y también entre los aparatos policiales.

­¿En qué fase ve el proceso?

Quizá otros lo puedan valorar mejor. Creo que está en una fase de ebullición de la que tienen que salir necesariamente cosas. En los dos carriles, que son dos caras de la misma moneda, estamos en fase de empezar a conocer resultados. El conducto ETA-Estado entiendo que, tal y como dice el lehendakari, está abierto y supongo que habrá materia encima de la mesa. Y creo que estamos en vísperas de que de las reuniones bilaterales entre partidos se pase a otra fase. No me atrevo a definir el formato, pero se tienen que dar pasos para que la ciudadanía perciba que la cosa va en serio y que cada vez tiene más puntos el casillero de la irreversibilidad que el de la reversibilidad.

­¿De la reunión que tuvo con el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, salió más optimista o más pesimista?

No hablo de eso. Fue una larga conversación, muy sincera. Yo sé lo que él piensa y él sabe lo que pienso yo.

­¿En la conversación llegó a alguna conclusión sobre los acuerdos que precedieron al alto el fuego?

Eso es materia reservada. Lo que veo con nitidez es que tanto Rubalcaba como Zapatero tienen muy claro el papel de Espartero en el Abrazo de Bergara. Aquel acuerdo tenía diez compromisos. El primero era el compromiso de Espartero de defender los fueros, que se parece mucho a la declaración de Zapatero cuando dijo que respetará lo que decidan los vascos dentro de los procedimientos democráticos, legales y tal. Lo que sucedió es que Espartero dejó pasar el tiempo y al año empezó a derogar todos los fueros. Debemos saber que el Estado tiene todo el tiempo del mundo para entretenernos y muchos resortes.

­¿Y qué se puede hacer ante eso?

Hablar claro, también ante el Gobierno español y en todas las instancias políticas. No podemos ser tan pretenciosos como para pensar que esto se resuelve en quince días, entre otras cosas porque al Estado le avalan 200 años de historia, de guerras y de incumplimientos. La conclusión del Estado es que mientras el conflicto siga él gana, y tiene infinidad de resortes para entretener y retrasar. Hay que chequear si existe voluntad real de meter el conflicto en una vía de resolución. Y hay que acertar en esos pasos. Los textos pueden tener una calculada ambigüedad constructiva, pero la gestión de esa ambigüedad va a ser determinante. Ahí no hay que perder de vista que, por lo menos por la parte vasca, no podemos hacer ni el Maroto ­que firmó lo que firmó con Espartero y no se cumplió­ ni el Muñagorri ­que actuó como doble agente­. La parte vasca tiene que tener clara su posición.

­¿Ha de haber un compromiso interno entre la parte vasca?

Debe haber un doble compromiso cruzado.Unos deben comprometerse a que, en adelante, se den los resultados que se den, nadie tenga la tentación de volver a empuñar las armas; que las vías políticas y democráticas sean definitivas. Y otros, el PNV, se debe comprometer a que en un escenario de intento de resolución del conflicto político no se puede volver a recrear la noria de la autonomía. Si se va a resolver el conflicto, como dijo el lehendakari, el proyecto no puede ser exclusivamente de haber competencial, tiene que tener ingredientes para resolver el conflicto.

­¿Eso es posible?

Vamos a ver. Que los acuerdos tienen que ser inclusivos, la pluralidad... todo eso me parece muy bien, pero si tenemos claro que se trata de resolver un conflicto político que data de hace casi doscientos años.

­Pues el presidente del PNV decía que en año y medio o dos años podría haber un nuevo marco...

Podría haberlo si tuviéramos lo que suponía la Declaración de Downing Street, la declaración de que lo que los ciudadanos de los seis condados decidan será respetado. Zapatero ha ganado un terreno estratégico. En el caso irlandés había un reconocimiento previo de respeto. Zapatero, en su pronunciamiento tan alabado por la izquierda abertzale, no ha pasado de la fórmula de Espartero. Si el derecho a decidir estuviera reconocido, estaríamos viendo cómo ejercerlo. El problema aquí es que ese derecho es todavía motivo de discusión. Y lo que ocurre es que aquí se da un choque de voluntades, entre lo que exprese la ciudadanía vasca y un sujeto mayor que es el pueblo español. Para que esa colisión no sea infinita, la clave es el respeto. Que ambas voluntades, la vasca y la española, independientemente de la dimensión de ciudadanos que acoja cada una de ellas, se sitúen en clave de igualdad y de respeto.

­El TSJPV instruye la querella por la reunión del lehendakari con Otegi, Barrena y Petrikorena. Además de las declaraciones ya conocidas, ¿qué se puede hacer para evitar esto?

Estamos ante un juicio político y aquí el Poder Judicial está jugando el papel de freno y veto al proceso. A eso hay que darle respuesta.

­Cierran periódicos, ilegalizan partidos, imponen la cadena perpetua a los presos políticos vascos, llevan a los tribunales a responsables institucionales, y da la impresión de que ante todo eso la mayoría social que está en contra sólo puede gritar...

Para empezar hay que reaccionar. Lo que no puede ser es que las cosas sucedan y que al final sean objeto de declara- ciones, de ruedas de prensa o, en su caso, de un comunicado más o menos fuerte. La reacción se tiene que producir, expresada democráticamente, de forma individual o colectiva. Yo, personalmente, no lo voy a dejar pasar.

­¿Qué va a hacer?

No lo sé, pero ya he pasado demasiadas veces por ese Palacio de Justicia. Primero hay que decir, como dijo el lehendakari, que se reunió con Batasuna y conscientemente. No hay que esconderse diciendo que me he reunido con el ciudadano Otegi. No, me he reunido con Batasuna y el Gobierno español se está reuniendo con ETA. Esta situación no puede acabar con un empate. O inhabilitan al lehendakari o queda inhabilitado el tribunal.Que sepa el tribunal que el resultado final no puede ser el empate. -



«No habrá coalición en ningún pueblo sin la autorización de la dirección de EA»
El pasado miércoles se conoció que el GBB propone a Jon Jauregi como candidato a diputado general en las próximas elecciones forales. Joseba Egibar explica que no ve tacha en la gestión que durante esta legislatura ha realizado Joxe Joan González de Txabarri y vuelve a agradecerle la determinación de apoyar al nuevo candidato que ha mostrado el todavía diputado general. Pero explica que el GBB, para su elección, ha primado el análisis político de que se abre un nuevo tiempo para el país y para Gipuzkoa.

­¿Qué virtudes tiene Jon Jauregi para ser el candidato de ese nuevo tiempo?

Ya se han hecho semblanzas de su persona. Nosotros hemos hecho el análisis de que Euskal Herria vive un incipiente proceso de paz y normalización, en el que todavía no sabemos si estamos ante un Downing Street o ante una reedición del Abrazo de Bergara. El PNV, desde el 98, tiene una trayec-toria muy clara, con unas concreciones políticas e incluso con un texto articulado en la Cámara vasca. Además, hay un contexto electoral nuevo en el que va a volver a irrumpir la izquierda abertzale con una candidatura legalizada, con lo que las JJGG no tendrán el déficit democrático que tienen las actuales y, además, PNV y EA no concurren en coalición porque EA no ha querido. En esta perspectiva, en lugar de apostar por lo que ya se conoce, hemos apostado por definir la línea política que se debe trabajar y por quién es el candidato que mejor la refleja. Y no hemos tenido ninguna duda: Jon Jauregi, que ha sido alcalde de Beasain y ya lideró Udalbiltza en tiempos difíciles.

­¿No ha influido que Joxe Joan González de Txabarri apoyara a Imaz para presidir el EBB y a Juaristi para el GBB? ¿Que sea «del otro sector»?

No. No he valorado eso ni un minuto.

­¿Estas cosas se comentan primero con el EBB?

La reflexión política se puede comentar y contrastar, después la traducción en personas... Nosotros, en la asamblea regional y en las reuniones comarcales o con cargos electos, siempre hemos hablado de esto. De que más allá de la gestión ­que también tiene que tener su prioridad­ no se puede perder la perspectiva de lo que nos jugamos como país en torno a la paz, la normalización y demás. Queremos gente que más allá de ser concejal o alcalde de un determinado pueblo tenga la perspectiva de que es un electo que tiene que trabajar desde esa consideración de país y los temas de paz y normalización también le afectan directamente. Ya lo dije en público en Mutriku el 31 de junio, cuando afirmé que si alguien no está en esa disposición mejor que pase el relevo.

­Sectores de EA siguen moviéndose para intentar formar coalición. ¿Hay posibilidades?

Ellos sabrán. A nosotros no nos han transmitido nada sobre cuáles son sus probabilidades de éxito. Hay ayuntamientos en los que nos están diciendo que pase lo que pase ellos van a ir en coalición. Pero eso es una ficción. No es posible que a nivel local vengan a por una coalición si no traen la autorización de la Ejecutiva Nacional. Que traigan la firma. Ha habido quien ha planteado que desaparezcan las dos siglas y vamos como independientes. Eso no es serio.

­¿Y si militantes de EA les propusieran ir en las listas del PNV como independientes?

Ellos tendrán que ver cómo resuelven el tema dentro de EA. Yo no me meto ahí. El hecho cierto es que a la posibilidad de concurrir en coalición EA nos ha dicho que no. Puedo entender la desazón o incomprensión de algunos por la decisión de su mayor órgano ejecutivo, pero no puedo resolver el problema de EA o de la gente que quisiera la coalición y se lo impide EA. El tiempo corre y no conocemos cuál es el escenario de llegada de estas personas, el modelo final que proponen, porque no nos lo han comunicado. -


 
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