Diez películas vascas aspiran a premio en el concurso internacional de Zinebi
·La diversidad y la experimentación en los lenguajes marcan las propuestas de los cineastas vascos
Javier Ortega, Iván Cortázar, Juanan Egiguren, Koldo Almandoz, Víctor González, Luiso Berdejo, Algis Arlauskas, Susana Talayero, Raquel Ajofrin y Enrique García son los cineastas vascos que se presentan este año al Concurso Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbo. Desde historias convencionales de ficción hasta documentales experimentales, los trabajos presentados este año ofrecen una panorámica ecléctica y de riesgo.
BILBO
Diez películas vascas aspiran este año a llevarse un Mikeldi en el Concurso Internacional de Cortometraje y Cine Documental, Zinebi, que arrancó ayer en Bilbo y se prolongará hasta el próximo sábado. Son diez cortometrajes «bastante novedosos», en palabras del director del certamen, Ernesto del Río, en los que se aprecia una búsqueda de otros tipos de lenguajes, así como un espíritu «poco convencional». Otro aspecto que llama la atención este año es la cantidad de películas vascas que están habladas en inglés. Es el caso de “Vegetables”, de Javier Ortega, un cortometraje de ficción rodado en Estados Unidos, que narra los últimos días de convivencia de una pareja. Ella es vegetariana, él odia los vegetales; ambos utilizan la comida como medida mutua de presión. «Es una película sobre la incomunicación, un tema universal que muchas veces lo tomamos por normal dentro de una relación de pareja», señaló ayer Ortega en una rueda de prensa ofrecida junto a otros realizadores vascos.
La pérdida de lo rural
Ivan Cortázar y Algis Arlauskas coinciden en abordar el tema de la pérdida de un modo de vida, como es el rural, pero lo hacen de muy diferente maneral. En “Una historia de invierno”, Cortázar, fotógrafo de profesión, presenta una narración cargada de imágenes simbólicas y poéticas, sin diálogos. El realizador explicó que grabó las imágenes con actor en Bilbo y luego añadió las imágenes rurales de fondo. Por su parte, Arlauskas utiliza un guión de Inmaculada Pajares para hacer un relato nostálgico y simpático de la infancia, la adolescencia y la vida en los pueblos rurales durante los años 50. Rodada en Valderejo, con “La barbería” este realizador ha querido hacer un tributo a la tierra de su abuelo. «Es la evocación de un tiempo perdido, con el que pretendo recuperar esa sensación que se tiene en la infancia de que la felicidad está en el futuro. La he querido rodar viendo la falta de ilusión general que hay en la gente», señaló Argis Arlauskas.La artista Susana Talayero, por su parte, presenta una película muy corta, basada en su proceso de trabajo con microfilms. Se titula “Microfantastichería” y está determinada por la música de Esther Flückiger. «En mi trabajo plástico suelo escribrir ideas e imágenes; llegó un momento en el que me decidí a utilizarlas y hacer esta película», explicó. Enrique García y Raquel Ajofrín presentan la única cinta propiamente de animación. Se trata de “Perpetuum mobile” una película de alta factura, realizada en 3D en Gasteiz, cuyos autores quieren utilizar como tarjeta de presentación para proyectos mayores. Ambientada en la Florencia del siglo XV, recrea el momento en el que Leonardo da Vinci encuentra su inspiración para dedicar su vida a la ciencia y al arte. Tras dos años de trabajo, la película fue estrenada en el recién celebrado Festival de Sitges. La única cinta a concurso hablada en euskara es “Midori”, de Koldo Almandoz. El film mezcla realidad y ficción para hablar del deseo y la obsesión a través del personaje de entomólogo que, visitando un templo en Kioto, filma con su videocámara a una mujer. «Todo surgió como se ve en la película. Durante unas vacaciones en Japón, Midori apareció ante mi cámara. Apartir de ahí fui construyendo la historia», narró ayer Amandoz.
Documentales
Hay otros trabajos vascos a concurso, aunque sus realizadores no comparecieron ayer ante la prensa. Uno de ellos es “For (r) est in the des (s) ert”, de Luiso Berdejo, que narra en primera persona y en inglés el proceso de «abdución» de unos niños. “Miramar St.”, de Jon Garaño, hablada en inglés y castellano, transcurre en San Diego, California, y cuenta la historia de un taxista cuya vida cambia a partir de que recibe el encargo de llevar a una persona a una dirección muy familiar. Entre los cortometrajes a concurso hay dos documentales. Uno es “El verano español”, filmado por Víctor González Rubio, sobre una niña llamada Katia que pasa el verano con una familia de acogida. En otros parámetros se encuentra “Txoria”, de Juanan Egiguren, un cortometraje documental experimental que sigue a una gaviota en los últimos momentos de su vida en la ciudad.
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